Las aventuras de El pícaro del Camino de Guadalupe en el XVI

Leticia G. Colao
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Luis Dionisio Dégano se adentra en la novela histórica con el viaje y las andanzas de dos personajes y su forzada amistad. Hacen el trayecto desde Madrid hasta la villa extremeña.

Las aventuras de El pícaro del Camino de Guadalupe en el XVI

El Camino Real de Guadalupe es el escenario en el que transcurre la primera novela del maestro y escritor Luis Dionisio Dégano. Con un importante trasfondo histórico y con el deseo de contribuir a potenciar un Camino que parece tomar vigor en los últimos años, se ha lanzado a autopublicar un libro que recoge las aventuras y desventuras de dos atípicos peregrinos que inician su viaje en el Madrid de Felipe II, en 1581 y que finaliza, como no podía ser de otra manera, en la Puebla de Guadalupe.

Los protagonistas son dos, aunque el título de la obra ‘El Pícaro del Camino Real de Guadalupe’ pueda  parecer lo contrario. La historia de los personajes transcurre en el conocido trayecto, por el que ha pasado en los últimos siglos la humildad de pastores, romeros o vecinos de toda índole, hasta los regios paseos de Isabel I de Castilla, Carlos I o el  mismo Felipe II. Por un lado, un veterano soldado licenciado de los Tercios Viejos de Flandes, cojo, que malvive en la villa de corte sobando el naipe y otorgando jaculatorias por algún que otro maravedí; a su lado, el hijo de una mujer de mala vida, ya fallecida, y que hacía las veces de alcahuete en el local de intemperancia.

Por circunstancias, nace entre ellos una obligada amistad, fruto de una deuda de honor, que les hace salir de Madrid poniendo tierra de por medio entre ellos y los alguaciles de villa y corte.

  Desde Madrid hasta llegar a Guadalupe atraviesan por los lugares del camino, entre ellos Alcorcón, Móstoles, la Venta del Álamo, Torrijos, Talavera, Puente del Arzobispo, el alto de Arrebatacapas, el Hospital del Obispo, el Humilladero y Guadalupe. El viaje de José y Juanillo, repleto de andanzas y peligros que resuelven como pueden, se inicia sin ningún tipo de connotación religiosa, pero «como todo camino, les transforma», dice su autor.

Luis Dionisio empezó a escribir el libro hace cuatro años, con una importante tarea de investigación que le ha llevado a conocer y valorar más este itinerario. «Guadalupe me atrae, es algo cercano, fue territorio de las Antiguas Tierras de Talavera» y tuvo una importancia similar a la que tiene ahora el Camino de Santiago.

Dentro de la obra, la ciudad de Talavera tiene un protagonismo especial. «Talavera y sus Antiguas Tierras tienen una historia impresionante», dice Dionisio, que también la ha contado en muchas ocasiones para el proyecto cultural del Ayuntamiento ‘Talavera Cuenta’. Además, Felipe II era un enamorado de la cerámica talaverana y, por supuesto de la Basílica del Prado, a la que él llamó ‘La Reina de las Ermitas’.

Muchos libros se han escrito sobre Guadalupe, su historia y su recorrido, pero al parecer, la de Dionisio es la primera novela que tiene a la villa extremeña como escenario principal. Se da la circunstancia de que el Camino se está revitalizando mucho en los últimos tiempos, con la ayuda en la ciudad de la Asociación de Vecinos Fray Hernando de Talavera, y la celebración del Año Guadalupense, que se ha ampliado con motivo de la pandemia. ‘El pícaro del Camino Real de Guadalupe’ ayudará así en su promoción.

novela peregrina. Con este libro, Luis Dionisio inicia además un proyecto personal y novedoso para que el conocimiento del Camino de Guadalupe se extienda por el mundo. En los últimos días, y a modo de los libros viajeros, ha puesto en marcha la iniciativa ‘Novela peregrina’, y seis de sus libros se mueven ya por el mundo, sin un rumbo fijo. Cinco de ellos en España y el sexto viajando a Ecuador, y de allí al resto del continente americano, según marque el destino.

«El que lo lea, no podrá quedarse con el libro, sino pasarlo a otro lector, y así todos», indica. Tras esto, los lectores deberán indicar la ubicación de la obra en el blog del autor, que recogerá su recorrido en un  mapa y comprobará hasta dónde están llegando. «Lo hago de forma desinteresada, lo que quiero conseguir es que se conozca el Camino y si viene más gente por esta zona, encantado».