Ya desde los primeros ‘choques’ de las comunidades autónomas con el Gobierno central por las medidas a adoptar para frenar el virus, Castilla-La Mancha se ha mostrado siempre favorable a adoptar medidas de consenso. Medidas más homogéneas antes que dejar al criterio de cada comunidad una decisión que, como se ha visto en las distintas olas que se han venido sucediendo, han dado resultados desiguales.

En esta ocasión, el Ministerio de Sanidad ha avanzado la intención de buscar medidas comunes de cara a una cita en el calendario que, dadas las experiencias pasadas, tiene en vilo a las administraciones. Se trata de la Semana Santa, fecha clave en la que, al igual que ocurriera con el verano o la Navidad, la movilidad es un elemento preocupante para las comunidades autónomas. Precisamente, ante el temor a una cuarta ola, el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha vuelto a mostrar a favor de la adopción de medidas comunes, o lo más parecidas posibles entre regiones, para restringir la movilidad en esas fechas.

De entrada, el consejero de Sanidad de la Junta, Jesús Fernández Sanz, ya avanzó que, a pesar de los buenos datos que ha venido registrando la comunidad autónoma en cuanto a la evolución epidemiológica, con medidas que han conseguido «doblegar la curva» de esta tercera ola, los castellano-manchegos tenemos comunidades «vecinas» que no pueden presumir de esa misma realidad tras la toma de decisiones contundentes el pasado 18 de enero. Es por eso que, aunque las cifras despejan un poco más el futuro, a lo que hay que añadir el avance de la vacunación en los distintos colectivos, el Ejecutivo de Emiliano García-Page no cree que se pueda permitir abrir sus fronteras sin control, al menos durante los próximos 10 días.

Fernández Sanz no dudó en admitir que «nos gusta, nos sentimos cómodos y nos ha ido muy bien cuando las medidas son de carácter nacional». Es por lo que se inclinó a adherirse a la propuesta del Ministerio de optar por «un cierre perimetral de marzo y abril, incluida la Semana Santa». «Es lo que nos está permitiendo una menor movilidad y mantener los casos a la baja» justificó.

«Estaremos encantados de apuntarnos a esa toma de decisiones conjunta, que siempre nos ha ido bien cuando son compartidas con toda España».

La otra cara. Frente a esta reflexión, la Comunidad de Madrid ya ha manifestado que «el primer objetivo» que hay que plantearse «en los próximos días» es levantar el toque de queda, con la vista puesta en la reactivación económica en Semana Santa.

«Lo primero que tenemos que hacer, llegado el caso, es poder levantar el toque de queda. Ese es el primer objetivo que plantearnos en los próximos días», ha manifestado el vicepresidente de la Comunidad de Madrid y portavoz del Gobierno regional, Ignacio Aguado, preguntado sobre el planteamiento de su gobierno de cara a la Semana Santa.

Ya su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, aspira a que la festividad ayude a recuperar la economía de la Comunidad mientras que el alcalde, Martínez Almeida, pide que no haya cierre perimetral de la región.

No obstante, Aguado no quiso adelantar acontecimientos. «No sería bueno para los ciudadanos adelantar acontecimientos cuando todavía faltan varias semanas para llegar». «Cuando nos acerquemos a esa fecha ya decidiremos qué hacer al respecto en función de lo que nos aconsejen, como siempre, desde la Consejería de Sanidad», remarcó el vicepresidente madrileño.