Toledo alberga un museo único de instrumentación geofísica

La Tribuna
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El Instituto Geográfico Nacional ha cumplido 150 años. Sus instalaciones albergan la instrumentación geofísica de los ya desaparecidos observatorios que había en España. Entre ellos, uno de los tres mareógrafos fabricados en el mundo en el siglo XIX

Francisco Tierraseca durante su visita a la sede del Instituto Geográfico. - Foto: La Tribuna

El Instituto Geográfico Nacional cumplió 150 años el pasado fin de semana. A lo largo de su historia ha sido objeto de varias reformas, coronando así siglo y medio de ingeniería geográfica, en cuyo transcurso ha venido desarrollando la observación, medición, análisis, evaluación y representación de nuestro territorio y del espacio exterior, convirtiéndose en una institución pública española de referencia científico-técnica.

Con motivo de su aniversario, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, visitó el fin de semana sus instalaciones regionales y tuvo oportunidad de conocer los proyectos y la labor que se desarrolla desde el Observatorio Geofísico de Toledo, el único que existe en España junto con el de Canarias, y ahora ubicado en San Pablo de Los Montes.

Se trata de un centro especializado en dos grandes ramas de trabajo: la Sismología y el Geomagnetismo. Desde allí, se realiza el control de los datos con observación tanto en el lugar como de forma continua a través de soportes digitales. Otro de sus cometidos es la recopilación de datos para la actualización de la cartografía geomagnética, puesto que, además, el Servicio de Geomagnetismo del Instituto Geográfico de toda España está precisamente centralizado en Toledo.

Las instalaciones ubicadas en la capital albergan también uno de los más completos museos del país, ya que contiene la instrumentación geofísica de los ya desaparecidos observatorios que había en España, con aparatos procedentes no solo de Toledo, sino de Madrid o Almería. Entre ellos, uno de los tres únicos mareógrafos que se fabricaron a nivel mundial en el siglo XIX (España, Francia y Alemania) y del que solo se conservan éste y otro que hay en Marsella. Un recurso que recibe no solo visitas a nivel particular, sino de grupos de escolares, con los que se organizan actividades didácticas, como divertidos talleres.