Almeces de Toledo documenta la existencia de 200 ejemplares

Europa Press
-

Sánchez Butragueño apuesta por «reivindicarlo como el árbol de hoja caduca por antonomasia en Toledo, que la gente conozca los mejores ejemplares que hay en su entorno y concienciar a las administraciones de que deben usarlo con más asiduidad»

Almeces de Toledo documenta la existencia de 200 ejemplares

Cerca de 200 ejemplares documentados. Este es el satisfactorio balance que Eduardo Sánchez Butragueño, el creador del blog Toledo Olvidado, ha conseguido con el hilo «Almeces de Toledo», una iniciativa vía Twitter con la que desde hace dos años reivindica a esta especie autóctona y da un toque de atención a las autoridades para que pueblen de árboles las calles, plazas y jardines de la ciudad.

En declaraciones a Europa Press este licenciado en Ciencias Ambientales ha explicado que en Toledo, donde el clima es muy extremo, históricamente ha habido dos árboles autóctonos, el almez y el olmo. Pero este último se ve aquejado de la grafiosis, una grave enfermedad que ha diezmado las poblaciones «hasta límites increíbles».

Aunque se intenta recuperar esta especie, hoy en día no tiene disponibilidad ni en viveros ni en sotos naturales, porque sigue estando muy afectado. «Por eso, solo nos queda una especie autóctona de hoja caduca que es el almez».

«Cuando inicie el proyecto en Twitter de Almeces de Toledo quería reivindicarlo como el árbol de hoja caduca por antonomasia en Toledo, que la gente conozca los mejores ejemplares que hay en su entorno, tanto los naturales como los que han sido introducidos por la mano del hombre y concienciar a las administraciones de que deben usarlo con más asiduidad en las plantaciones que realicen a lo largo de la ciudad», ha asegurado Sánchez Butragueño.

Más de dos años después de abrir el hilo en Twitter se muestra contento con la respuesta de la gente. «Muchas personas contactan conmigo a raíz de esta cuenta y me preguntan dónde conseguir el almez, cómo plantarlo. Además, hay alguna historia bonita detrás, como la da un hombre que ha plantado uno junto a las cenizas de su padre que ha fallecido por Covid», ha señalado.

En cuanto a los ejemplares más antiguos con los que cuanta la ciudad, Sánchez Butragueño ha explicado que el ubicado al lado de la ermita del Valle puede ser el más longevo y podría tener entre 250 y 300 años. «Ya se fotografió con buen porte en 1863 en este sitio emblemático, con Toledo detrás. Pese a Filomena, las heladas y la DANA su salud no está mal y es una joya que todo el mundo debe conocer».

Y es que este ambientólogo denuncia que Toledo presenta una masa forestal y arbórea muy escasa en sus plazas, calles y jardines, si se compara con ciudades como Aranjuez, Talavera de la Reina, Ciudad Real o Madrid, que al igual que la capital regional no tienen un clima sencillo.

«Está en nuestro debe. Mi intención es concienciar a los responsables públicos de la necesidad de incrementar esa masa arbórea en la ciudad, sobre todo en las situaciones ambientales actuales», ha defendido Sánchez Butragueño, que alega que esta escasez de árboles no se puede achacar a una cuestión climatológica sino cultural.

«En Toledo, y en general en toda Castilla, ha faltado siempre una cultura del árbol, un cuidado a los árboles. Quizá Toledo sea paradigma de esa castellanidad en lo relativo a no valorar los árboles en su justa medida, y eso es algo que hay que cambiar», ha insistido.

Al margen de que sea un árbol autóctono, el también autor del blog Toledo Olvidado ha recalcado que se trata de una especie muy emblemática, con mucha historia y mucha leyenda detrás. «Ha sido sagrado para muchas culturas. Hay datos que documentan la existencia de semillas de almez en la dieta de los hombres de Atapuerca, lo que demuestra que está ligado al ser humano desde hace milenios. Era sagrado para los celtas, los romanos tenían la costumbre de plantar uno cuando nacía el primogénito de la familia. También tiene mucha simbología en Francia y en Italia, en definitiva, en todo el mundo mediterráneo, hábitat natural del almez».

Por todo ello, ha concluido animando a mirar Toledo a través de sus grandes árboles con la esperanza de que, a través de ese conocimiento, los vecinos de la ciudad se animen a plantar en sus casas y jardines más almeces e insten a las autoridades a que en los espacios públicos siembren esta especie, que durante siglos y milenios ha demostrado estar acostumbrada a sus condiciones ambientales.