La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, avanzó en la tarde de ayer que desde el Ayuntamiento de Toledo van a solicitar a la Junta de Comunidades que se suspendan las clases en la ciudad hasta el próximo lunes. La principal medida que se busca con ello es evitar poner en riesgo a los niños con desplazamientos y, sobre todo, revisar muchas de las estructuras de los colegios que podían estar afectadas por el temporal.

Aunque afortunadamente no hay que lamentar daños personales y las prioridades de las administraciones están en un primer momento más centradas en garantizar la seguridad en las calles, recuperar las conexiones y todos los servicios, desde el Consistorio toledano aseguran que no se olvidan de las piezas de mayor tamaño que se ha cobrado Filomena en la capital.

Se trata, como no, de las cuatro cubiertas de pistas polideportivas de colegios que se han venido abajo entre la tarde del viernes y la noche del sábado. La primera de ellas, la del Colegio Maristas, aunque preocupa, escapa directamente a las competencias municipales al ser un centro concertado, pero las otras tres son precisamente de colegios públicos y el Ayuntamiento participó directamente en su adjudicación.

El Colegio de Arquitectos se ofrece para revisar estucturas

El colapso de las cubiertas de Gómez Manrique (Polígono), Gregorio Marañón (Polígono) y Ángel del Alcázar (Santa Bárbara) ha encendido las alarmas y desde el Gobierno municipal se quiere revisar todos los colegios para garantizar su seguridad.

Precisamente, en esta línea, ha surgido la ayuda del Colegio de Arquitectos de la región, que se ha ofrecido al Consistorio para examinar todas las estructuras de los colegios y aquellas que pudieran presentar riesgo de derrumbe.

De todas las cubiertas de colegios públicos de la ciudad, únicamente ha quedado en pie la del colegio Ciudad de Nara, en Buenavista, que fue construida por Grupo Eulen, la misma adjudicataria de las de Gregorio Marañón y Ángel del Alcázar.

Este tipo de estructuras tienen responsabilidad civil garantizada durante diez años y su colpaso puede deberse a varios motivos. El más evidente es un fallo en el cálculo del peso que debía soportar, un error muy grave, según algunos arquitectos consultados por La Tribuna. Otro fallo podría ser debido a la ejecución de la obra, e incluso podría tratarse de un fallo en las soldaduras. Por eso, el Ayuntamiento quiere estudiar los casos con detenimiento y no dudan en confirmar que pedirán todas las garantías y responsabilidades al ser unas estructuras que apenas llevaban un año en pie y que, además, dan servicio a un colectivo tan sensible como los niños de Infantil y Primaria.