El acta de la sesión extraordinaria del Pleno de Robledo del Mazo resolvió el pasado día 8 por unanimidad la resolución de un contrato de arrendamiento cinegético de un coto de caza a la finalización de la presente temporada cinegética. Se debe al riesgo que puede producir la práctica cinegética en las condiciones actuales de tránsito humano por el acotado. Así, prevalece la seguridad de las personas por encima de otras circunstancias.
De esta manera, figura en el acta publicada por el Ayuntamiento de Robledo del Mazo sobre la propuesta de resolución por mutuo acuerdo del contrato de arrendamiento del aprovechamiento de un coto de caza. El adjudicatario remitió un escrito al Consistorio el pasado 21 de diciembre en el que manifestaba el descontento por «el devenir constante» de personas que llegan incluso en autobuses, con perros y picnic para comer en la zona de la garganta.
La alcaldesa de Robledo del Mazo, Ana Belén Galán, confirmó a este diario que la pandemia ha hecho triplicar incluso las visitas durante los fines de semana. Más de 50 vehículos llegan a coincidir en el inicio del itinerario a la Garganta de las Lanchas, en la pedanía de Las Hunfrías. No obstante, lamenta que la repercusión económica resulta mínima para el municipio, al contrario que los siete cotos de caza existentes en todo el término, cuyos alquileres representan aproximadamente el 10 por ciento de los ingresos.
En este sentido, el Ayuntamiento de Robledo del Mazo ha informado ya a la Junta de Comunidades para evaluar la posibilidad de limitar las visitas o imponer que haya que pedir autorización para recorrer la zona. Al respecto, la alcaldesa lamentó que algunos visitantes no respetan el circuito y se salen del recorrido. Incluso apostilló que la concentración de tantos visitantes impiden el cumplimiento de las normas contra la Covid-19.
El Ayuntamiento y el arrendatario han llegado un acuerdo económico para la resolución del contrato para el 21 de febrero sin penalizaciones para las dos partes.
La Garganta de las Lanchas es un pequeño valle boscoso recorrido por un arroyo que vierte sus aguas al río Gévalo, protegido por su valiosa variedad de especies amenazadas de flora y fauna,así como por su interés paisajístico, en el que destaca la presencia de saltos de agua. Declarada Microrreserva en mayo de 2003, con una superficie aproximada de 435 hectáreas Incluida en la Red Natura 2000, forma parte del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y de la Zona de Especial Protección para las Aves ‘Montes de Toledo’. También forma parte del área crítica del águila imperial y de la cigüeña negra.