«La vacuna sanitaria contra la Covid ha tardado en llegar, pero la vacuna económica para que las empresas puedan soportar la crisis derivada de la pandemia ni está ni, a estas alturas se la espera». Este es el preocupante escenario que ayer dibujó el presidente de la patronal toledana, Ángel Nicolás, durante su intervención en la Asamblea General de  Fedeto.

Frente a los «eufemismos de nuevo cuño como el de la ‘nueva normalidad’, el ‘patrón’ de los empresarios toledanos optó por llamar a la cosas por sus nombre y subrayó que la sociedad española se enfrenta a «una nueva crisis económica, una nueva anormalidad que estamos empezando a superar solos y que ha dejado en el camino a miles de empresas y a cientos de miles de trabajadores».

En su análisis de la situación, Nicolás considera que España, al contrario que otros países europeos, ha sido «incapaz» de adoptar medidas eficaces para salvar a las empresas y los puestos de trabajo dependientes de ellas.

«Nuestra deuda, déficit y gasto públicos crecieron de forma tan desproporcionada hasta 2020 que, cuando nos vimos sorprendidos por la depresión económica, España no tuvo recursos públicos, para sostener ni a las empresas ni al empleo, ni capacidad para diseñar estímulos empresariales», subrayó el presidente de Fedeto, que afirmó que la falta de músculo para reaccionar de las administraciones públicas es debido a que «nuestra economía no estaba ni está saneada».

Nicolás, por tanto, considera que la recuperación va a depender, como en la crisis de 2008, «sólo de cuatro factores»: el apoyo europeo, la capacidad de resistencia de las empresas, el apoyo de nuestros trabajadores y de habilidad que caracteriza a los españoles para adaptarnos a situaciones críticas derivadas del ‘parón en seco’ de la actividad empresarial que provocó el confinamiento. En un escenario tan complejo, Nicolás lamentó ayer la ‘soledad’ que han tenido que soportar los empresarios españoles durante la pandemia. «Los que han superado la crisis lo han hecho por sus propios medios», sentenció.

Para asentar su afirmación, el presidente de los empresarios de la provincia explicó que una herramienta como los préstamos ICO, que «no han supuesto ningún esfuerzo para el presupuesto público» no han sido eficaces porque las empresas «no necesitaban préstamos, sino ayudas directas o, mejor dicho, indemnizaciones por la paralización de su actividad o por la obligación de tener que seguir ejerciéndola cuando el consumo había caído por los suelos». Asimismo, Ángel Nicolás calificó de «perverso» el diseño de los ERTE. «Para poder acogerse a ellos las empresas debían asumir obligaciones, como la del mantenimiento del nivel de empleo, que se ha impuesto prórroga tras prórroga, mientras que las exenciones de la Seguridad Social se han reducido una y otra vez» en cada prórroga. Y añadió que las prestaciones por cese de actividad no han llegado a todos los autónomos y su cuantía ha quedado reducida a menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).