Toledo es una ciudad segura. Ninguno de sus habitantes tiene dudas de eso. No hay más que echar un vistazo a otras zonas de la provincia para ver el contraste. O mucho más al norte para toparse con la realidad del sur de Madrid. Se trata de una sensación de seguridad que es patente y notoria, pero que no hay que confundir con una ausencia de delitos.

Hace diez días que se reunió en la capital la Junta Local de Seguridad. Se trata del órgano que facilita la cooperación y la coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y en ella se puso encima de la mesa las últimas situaciones violentas vividas en Toledo, especialmente el brutal asesinato con un machete de un joven en el barrio del Polígono y las constantes peleas en las zonas de ocio nocturno de la Plaza de Cuba (Santa Teresa) y el Horno de la Magdalena (Casco Histórico).

El concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino, y el subdelegado del Gobierno de España en Toledo, Carlos Ángel Devia, acompañados por el comisario principal del Cuerpo Nacional de Policía en la provincia de Toledo, Ángel Alcázar, y los mandos de la Policía Local, José Luis Martín y Antonio Sánchez-Palencia, concluyeron en dicha Junta Local de Seguridad en indicar que «tal y como denotan los datos oficiales y estadísticas del Cuerpo Nacional de Policía y de Policía Local, Toledo es una de las ciudades más seguras de España, con un índice de delincuencia que en los últimos meses ha experimentado un notable descenso».

Si bien la primera afirmación es del todo correcta, el dato de que la criminalidad ha experimentado un importante descenso en los últimos meses no lo es tanto. Al menos según los datos del Ministerio de Interior.

Según consta en el Portal Estadístico de Criminalidad, con datos actualizados hasta el tercer trimestre de este año -a los que, por tanto, faltan añadir los de octubre, noviembre y diciembre-, la ciudad de Toledo está a un paso de superar el total de infracciones penales del pasado 2020, cuando se registraron 2.979.

Ahora mismo, la cifra asciende a 2.295 infracciones penales y, si se observa la evolución de los diez indicadores que componen esta estadística de criminalidad se ve que en lo que va de 2021 ya se han superado los delitos de cinco de las diez categorías. Y aún resta computar el cuarto trimestre del año.

Los homicidios dolosos y asesinatos consumados se mantienen de momento sin variación con un caso, respectivamente, en los dos últimos años (contabilizando el chico del Polígono). Por contra, los homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa sí que aumentan, un 100%, al pasar de un caso en 2020 a dos en 2021.

Los delitos de lesiones y riñas tumultuarias también superan ya en 2021 en Toledo todo el registro del pasado año, concretamente 27 frente a los 24 de 2020.

Especialmente preocupante es el auge de los delitos contra la libertad sexual, que ya en el tercer trimestre habían crecido un 52,9%. En todo el pasado año se habían computado 25 casos, y a falta de tres meses la cifra en la ciudad asciende a 26.

También son alarmantes en esa categoría las agresiones sexuales con penetración, que suben un 40% en la capital, al pasar de 5 casos en 2020 a los 7 que se llevaban contabilizados hasta septiembre de 2021.

Los robos con fuerza e intimidación son otro de los aspectos que ya han superado con creces a los datos de todo 2020. En esos doce meses se registraron 27 delitos de este tipo frente a los 39 que el Ministerio del Interior atribuía a Toledo el pasado mes de septiembre.

Por contra, los cuatro únicos indicadores que experimentan un descenso son los robos con fuerza en domicilios (67 casos provisionales frente a 121 el pasado año), los hurtos (432 casos frente a 598, por lo que seguramente podrían superarse), las sustracciones de vehículos (19 hasta septiembre de 2021 frente 27 en todo 2020) y el tráfico de drogas (con 8 frente a 21 casos del pasado año).

Los secuestros son el único delito que no se ha registrado ningún solo caso en la ciudad en los dos últimos años.