Las calles de Toledo cuentan desde hace 13 años con cámaras de vigilancia para el control del tráfico. El exconcejal socialista Rafael Perezagua fue uno de los impulsores de esta herramienta en 2008, cuando se estrenó el centro ‘Juanelo Turriano’ para controlar el tráfico en la ciudad mediante pivotes retráctiles en el Casco Histórico con, entonces, un total de 17 cámaras repartidas por los puntos más transitados de la ciudad.

Hace ya algunos años que el número de cámaras se amplió a 24 y, desde hace un mes se ha culminado la sustitución de los antiguos aparatos de vigilancia por una serie de cámaras de última generación capaces de dar mayor nitidez y la posibilidad de ampliar las imágenes a una escala más propia de película.

Y es que, como el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino, explicó en el día de ayer durante la presentación de estos nuevos aparatos de vigilancia, las nuevas cámaras son capaces de identificar con completa nitidez matrículas de vehículos hasta a tres kilómetros de distancia. «Desde un lado de la avenida de Europa podemos ver las matrículas de los coches que circulan en el otro extremo», afirmó el edil como ejemplo del potencial de esta nueva herramienta para la Policía Local.

Tal y como explicó ayer Juan José Pérez del Pino, el Gobierno de Milagros Tolón ha invertido en sus últimos dos años más de 350.000 euros en mejoras para el control de la circulación en la ciudad. Una apuesta de carácter continuista que conllevará nuevas incorporaciones en los próximos meses como la adquisición de un radar para controlar la velocidad en las calles de Toledo.

Además de las cámaras de supervisión del tráfico, se han reinstalado semáforos y grupos hidráulicos de pivotes retráctiles para el control de accesos en el Casco, se han cambiado pulsadores en los pasos de peatones y se ha actualizado la red de comunicaciones con la renovación de los radioenlaces.

El inspector Miguel Fernández Arévalo, que acompañó ayer a la prensa durante su visita a la sala de control Juanelo Turriano, destacó el potencial de esta nueva herramienta de control del tráfico y vigilancia de las calles, incidiendo además en la «finalidad disuasoria» que tienen este tipo de instalaciones de grabación en entornos urbanos.

«Nos da un punto de vista cenital de la ciudad que nos permite adelantarnos a problemas de tráfico que puedan suceder y que nos ayuda en la resolución de algunos otros delitos», comentó el inspector Arévalo, que además destacó la valía del control con cámaras de cara al seguimiento de manifestaciones por diversos puntos de la ciudad.

Las cámaras del control de tráfico han jugado durante el toque de queda por la pandemia un papel fundamental, siendo clave en la identificación de las personas que se saltaban el confinamiento y ayudando también en la resolución de otros delitos, como una agresión sexual que tuvo lugar en la cuesta del Miradero, junto a la escultura de Bahamontes.

Las 24 cámaras de vigilancia de última generación cuentan, además de con un potente zoom, con capacidad de visión de 360 grados y graban todo lo que sucede en las calles de la ciudad durante 30 días, por lo que se puede revisar su contenido de cara a encontrar pistas de posibles delitos y ayudar en la identificación de los culpables. Además, los nuevos aparatos eluden los deslumbramientos del sol.

El edil de Seguridad anunció ayer también que el Ayuntamiento está en trámites para poder incorporar al cuerpo de Policía Local un dron de vigilancia equipado con otra cámara de alta definición.