El aventurero Milú recorre las monterías

C.S.Jara
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El artista Manuel Cáceres expone en el Museo Ruiz de Luna varias piezas de cerámica en las que el icónico personaje de Hergé se presenta entre decoraciones tradicionales

El aventurero Milú recorre las monterías - Foto: Manu Reino

La combinación de las técnicas de la cerámica tradicional con motivos contemporáneos, muy utilizada en la actualidad, no es nueva. El artista Manuel Cáceres empezó a trabajar con ello a finales de los años 80 y desde entonces no lo ha dejado. Ayer presentaba una exposición en el Museo de Cerámica Ruiz de Luna con piezas protagonizadas por Milú, el entrañable acompañante de Tintín que ha traspasado del papel de cómic o de la cinta de película al soporte cerámico. A pesar de los siglos que separan esta tradición artesana del icónico personaje, la combinación funciona a la perfección en las piezas, como se puede comprobar en la exposición.

Cáceres presenta por primera vez su obra en Talavera, aunque a lo largo de las últimas décadas no ha dejado de trabajar con la cerámica; entre la vegetación de los motivos de montería, el artista ha situado al toro de Osborne, tractores, edificios y hasta un platillo volante. «Mi intención pasaba por cambiar el animal que siempre ha habido en estas piezas y actualizarlo, para que a la gente de ahora mismo le siguiera interesando la cerámica talaverana», explicaba Cáceres en la presentación de una exposición organizada por la Asociación de Amigos del Ruiz de Luna, que se encuadra dentro de los actos de conmemoración del 25 aniversario de su apertura.

La muestra reúne tres platos de una serie que fue muy popular en su momento. Dos de ellos se muestran en una vitrina con dos piezas tradicionales. «Dos piezas clásicas del siglo XVIII, una de los fondos del Museo que durante esta exposición se podrán contemplar, y otra que ha sido cedida para formar este diálogo, de estos perros del siglo XVIII con estos perros del siglo XX», explicaba José Luis Espinosa, de la Asociación de Amigos, sobre la muestra. Para Espionsa, «no es una fórmula fácil, hay que tener una intuición para que esta relación entre los fondos y las figuras funcione bien, como en el caso de Milú. El maridaje es perfecto».  

Cáceres explicó por su parte cómo contactó con ceramistas de Puente del Arzobispo para que realizaran sus diseños y su especial devoción por los fondos de montería: «Para mí, realmente fue un juego, un divertimento que finalmente gustó mucho, fue una sorpresa», declaraba.

El artista defendió la pureza de la cerámica de Talavera y Puente del Arzobispo, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, y explicó que su objetivo era actualizar esta artesanía. Se trata de un camino muy transitado después por otros artistas y diseñadores, en especial en los últimos años. 

Cáceres se mostró especialmente satisfecho de poder ver expuestas estas obras en el Museo talaverano. «Es todo un honor estar aquí, en el Museo Ruiz de Luna; y que mi trabajo esté rodeado de todas estas piezas, para mí es un orgullo», señaló en la inauguración.

Los platos de esta exposición han sido donados al museo y forman parte de sus fondos contemporáneos.