La herida abierta del Cáucaso Sur

EFE
-

Armenia y Azerbaiyán se disputan el pequeño enclave montañoso de Nagorno Karabaj, de mayoría cristiana, desde hace un siglo, cuando la URSS lo integró en la república musulmana

Los primeros bombardeos sobre la capital de Nagorno Karabaj, Stepanakert, tuvieron lugar a principios de semana - Foto: ARMENIAN FOREIGN MINISTRY HANDOU

El conflicto de Nagorno Karabaj, el más antiguo en el espacio postsoviético, ha vuelto a resucitar el fantasma de la guerra en el Cáucaso Sur tras graves choques armados en la última semana en este territorio separatista bajo soberanía azerí pero independiente de facto y apoyado por la República de Armenia. 

Son varias las claves de la disputa por este pequeño territorio montañoso que separa la cristiana Armenia de la musulmana Azerbaiyán y cuyas rencillas surgieron en el ocaso de la URSS y se han prolongado hasta ahora.

Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios, pasó a formar parte de Azerbaiyán en 1921 por decisión del Buró Caucasiano del Partido Comunista de Rusia.

Antes de eso, el enclave era una de las provincias del Imperio ruso, donde, a principios del siglo XX, hubo sangrientos enfrentamientos entre los habitantes armenios y azerbaiyanos por motivos religiosos.

La entrega del territorio a Azerbaiyán por las nuevas autoridades comunistas siempre provocó el malestar de la población armenia, que eran mayoría.

En 1988, durante la Perestroika, la entonces autonomía azerbaiyana, poblada en su mayoría por armenios, anunció el deseo de unirse a la vecina Armenia.

Después de ello, el Parlamento  de Armenia aprobó la incorporación del territorio, paso que nunca llegó a producirse puesto que la URSS bloqueó esa decisión.

Las tendencias nacionalistas en Azerbaiyán y Armenia continuaron creciendo y en 1991 estalló entre las dos repúblicas una cruenta guerra por el control del enclave. Los enfrentamientos bélicos se prolongaron tres años y causaron unos 25.000 muertos. Como resultado, Azerbaiyán perdió el control sobre Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes, ocupados por la parte armenia como una «franja de seguridad».

Durante la guerra, en Karabaj se celebró un referéndum, durante el cual casi la totalidad de la población se pronunció a favor de la creación de un nuevo país. Sin embargo, ningún Estado, ni tan siquiera Armenia, ha llegado a reconocer ese estatus.

Una débil paz

En 1994, entre las tres partes del conflicto -Azerbaiyán, Armenia y Nagorno Karabaj- fue suscrita una tregua, en una ceremonia que tuvo lugar en Kirguistán, bajo el auspicio de Rusia.

Simultáneamente, en la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea fue creado el Grupo de Minsk para el arreglo en Karabaj, copresidido por Rusia, Francia y EEUU, que desde hace 16 años intenta sacar las negociaciones de un punto muerto sin grandes éxitos. 

Tras varios años de una calma relativa, en abril de 2016 en Nagorno Karabaj fueron registrados nuevos enfrentamientos que reavivaron los temores de un conflicto a gran escala y recibieron el nombre de la «guerra de los cuatro días».

En los últimos años, los choques entre los dos países comenzaron a registrarse no solo en la zona de Nagorno Karabaj, sino también en la frontera estatal entre Armenia y Azerbaiyán. Al mismo tiempo, la escalada registrada esta semana amenaza con convertirse en la más grave desde la firma del alto el fuego entre las partes, hace ya más de 25 años, al provocar una movilización general en Armenia, que se ha declarado garante de la seguridad de Nagorno Karabaj.