Solo basta con pasar la puerta del recién inaugurado hotel Posada de la Sillería para percatarse de que se trata de un lugar con encanto y buen gusto. Desde el exterior es fácil fijarse en su cafetería, abierta al público en general, que se ha convertido en otra opción para desayunar o cenar en el Casco. Al penetrar en el interior del establecimiento, llama la atención por su diseño, en torno a su gran patio, y la utilización de tantos materiales, encontrados durante la obra; mucha cerámica, y hasta algunas espadas.

Esta mañana, la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, visitaba el nuevo espacio y daba las gracias a sus propietarios, Mónica y ‘Jandri’ «por la rehabilitación que han hecho de esta casa grande toledana, caserón toledano del siglo XVII y, sobre todo, por cómo lo han rehabilitado, con mucha sensibilidad, con mucho criterio, no solo de conservar lo que ya había, sino también combinarlo con la modernidad, para que las personas que vengan a visitar Toledo estén cómodas, en pleno Casco histórico de la ciudad».

El nuevo hotel, de 24 habitaciones, llega tras los retrasos provocados por la pandemia y  una importante inversión de casi 900.000 euros. Alejandro ‘Jandri’ Hernández, gerente del nuevo negocio hotelero, destacaba la «joya» de edificio. Según el estudio del historiador Adolfo de Mingo, este es un inmueble con muros romanos y árabes, que tuvo una importante reforma a lo largo del siglo XVII y elementos de valor, que se han integrado en todo el hotel. Han aparecido vigas históricas de madera, mucha cerámica y hasta dos espadas de Francisco Ruiz ‘el Viejo’ de 1604, que han quedado integradas en el mostrador de entrada. Todo ello, a pesar de la venta de azulejería en las últimas décadas y los robos, tanto a la antigua propietaria, y a los actuales, antes de la obra. Afortunadamente, la Policía pudo recuperar parte de la azulejería, que ha quedado colgada.

Nuevo hotel con encanto e historia en SilleríaEl inmueble había pertenecido durante el siglo XX a Carmen López y su marido, Riesco. De cara a la calle, ofreció una gestoría y una autoescuela. Hasta que Mónica y ‘Jandri’ lo compraron, precisamente, con la idea de crear este hotel. Pasadas la crisis de 2008 al final se aventuraron, antes de la pandemia.

Además de hotel, la Posada de la Sillería ofrece a los toledanos su cafetería y su restaurante, con «menús diarios muy asequibles y el producto, como la obra, de primera calidad».

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