El mes de agosto va a concluir en el museo del Greco de la mano del ceramista Pablo Sanguino. Él será el artista invitado el próximo sábado, 28 de agosto. Entre las diez y media y la una y media, ofrecerá en los jardines del museo su ayuda y colaboración a los participantes, adultos y niños acompañados. Serán horas dedicadas al dibujo, a la observación y al disfrute. El Greco volverá así a ser aula abierta para los que dibujan desde siempre, a los aficionados, a aquellos que quieren iniciarse en el dibujo; a todos aquellos que quieren disfrutar de la naturaleza y el arte al mismo tiempo.

Esta no ni mucho menos la primera colaboración de Sanguino. Hace justo tres años, el fin de semana del 25 y 26 de agosto, pero en este caso de 2018, desarrolló un taller similar, por el que pasaron un centenar de personas. En aquellos momentos, Sanguino, hijo adoptivo de Toledo y premio de la Real Fundación de Toledo en 2003, tenía precisamente una exposición en el museo que se había prorrogado. La exposición temporal con la obra de un artista vecino del museo, creador casi renacentista, con un componente alquímico, homenajeaba a los grandes pintores. Sanguino fue entonces el protagonista indiscutible del verano, en un diálogo abierto con el artista cretense.

Además, durante el mes que acaba, en el que el museo ha seguido siendo de entrada gratuita, El Greco ha continuado con la actividad 12+ 1 Remake, una interpretación del Apostolado del Greco, que seguirá funcionando hasta el 12 de septiembre. Se iniciaba esta actividad, realizada con la asociación Apolo Toledo, el pasado 2 de mayo, cuando el grupo Urban sktechers Toledo pasó la mañana del domingo dibujando en sus cuadernos el Apostolado del Greco. Fueron 13 dibujantes para 13 pinturas cuyo resultado se expone ahora en el museo; 13 estilos y 13 maneras de captar en un boceto la obra del cretense.

También puede continuar contemplándose en el museo unos días más, hasta el 12 de septiembre, el Tríptico de la Crucifixión, que ha sido la obra invitada de los últimos meses. Tras la Virgen de la Esperanza, el museo ha concedido otra oportunidad a otra obra de sus almacenes. En este caso se trata de otra tabla: el Tríptico de la Crucifixión (1600) de escuela toledana. La pieza representa el desarrollo de la denominada devotio moderna y la profusión de los altares portátiles ante el nuevo espíritu religioso, dirigido a estimular los sentimientos de las gentes y obligando a renovar espacios e imágenes sagradas.