Formación para evitar la violencia mediática

Jaime Galán
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La periodista Ana Bernal Triviño ha impartido una charla sobre el tratamiento de la violencia de género en los medios de comunicación. Reclama formación especializada para evitar mensajes equivocados o bulos

La concejal de Igualdad, Ana Abellán, junto a la periodista Ana Bernal-Triviño. - Foto: David Pérez

Si para hablar de deporte o economía hay un periodista especializado en cada rama, ¿por qué no lo hay para hablar de violencia de género en los medios de comunicación? Es una de las preguntas sin respuesta que la periodista e investigadora, Ana Bernal Triviño, lanzaba a los asistentes a esta charla en el Centro Cultural San Marcos. Ella, además, es profesora en la Universidad Abierta de Cataluña y expuso que parte del problema de que la sociedad sea o tenga un discurso machista es de los medios de comunicación porque «ellos tampoco están convencidos de lo que significa la violencia de género, por tanto, como generadores de opinión pública, mandan un mensaje erróneo». La periodista explicó que se debe a que falta formación especializada: «hay un exceso de autorregulación en los medios, ellos deciden si es conveniente o no formar a sus profesionales en la materia». Para Bernal-Triviño, que los profesionales que tratan la información no estén debidamente formados repercute en el concepto de «violencia mediática», que puede definirse como el daño que una publicación ocasiona en la víctima y en la sociedad. 

Sobre si esa violencia mediática se realiza de forma intencionada, la periodista considera que es difícil responder a esa pregunta, pero sí que ennumeró varias de las causas que la generan. La ya mencionada falta de formación; la desconsideración de los derechos humanos de las mujeres; el incorrecto uso de las fuentes, a lo que añadía que en numerosos programas «opina todo el mundo de todo»; el tratamiento de un caso de violencia machista como suceso frente a lo que realmente es, un délito público; y, por último, el desconocimiento de las consecuencias psicológicas en la víctima.

Argumentos que denunció con titulares de prensa como errores comunes en los que, por ejemplo, se tiende a limpiar la imagen del matratador o a culpabilizar a la víctima. Por casos como estos, la ponente defendía que «los medios de comunicación no están a la altura». Algo que de manera indirecta, según Ana Bernal-Triviño, se traslada también a la justicia y lo argumentaba afirmando que muchas mujeres no creen en las instituciones: «a mi me llegan entre 20 y 30 mensajes diarios de mujeres pidiéndome ayuda». 

La periodista, por tanto, exigió la contrastación de información: «al ser un país de baja alfabetización mediática, los bulos entran como un coladero». También se acordó de los partidos políticos que quieren derogar la Ley de Violencia de Género. A esos, les remitió a leerse los artículos 14 y 20 de la Constitución Española.