«La gente venía esperando ver al difunto y no podía ser»

J.Monroy
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Beatriz Gómez, recepcionista en el tanatorio de #Toledo recuerda momentos dramáticos al entregar la urna con las cenizas a los familiares. «Delante de ti se caían al suelo»

Beatriz Gómez, recepcionista en el tanatorio de #Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

Aunque el tanatorio de Toledo haya cerrado durante algunos meses, han proseguido los entierros y sus trabajadores han seguido allí. Este último año, explica Beatriz Gómez, recepcionista, ha sido muy duro. «Para mí y mis compañeras ha sido muy triste, aunque ya estuviéramos acostumbradas a un luto diario del que no se puede sacar nada positivo».

Durante los meses en los que las puertas estuvieron cerradas, fue todo más complicado. «La gente venía aquí esperando poder ver al fallecido, poder darle un último adiós, ya que no lo habían visto en los hospitales, y aquí no les podíamos dar esa opción». Era complicado, «porque algunos no lo entendían y discutían contigo, y nos echaban la culpa a mí y a mis compañeras». Después estaba el otro extremo, quienes «cuando les entregabas la urna ya tenían algo con lo que desahogarse y delante de ti se caían al suelo; eso era muy duro, por muchos años que lleves en este trabajo, es duro ver a las personas así, llorando de esa manera y sabiendo que no se habían podido despedir, y ni siquiera verlos».

A todo ello se ha sumado el miedo del contagio. «Vas con mucho miedo, con mucho cuidado porque te da pánico llevarlo a casa, más en mi caso en que mi marido tiene un ictus y tengo un hijo y esto es zona de riesgo, muchísimo miedo». Antes de salir del tanatorio, los trabajadores ya se cambiaban, pero al llegar a casa lo volvían a hacer y se duchaban.

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