La ermita escondida y modernista

J.M.
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El templo de Nuestra Señora del Rosario de Pastores de Huerta de Valdecarábanos supone un ejemplo del estilo modernista y recuerda por el uso del azulejo a Gaudí. El interior está en obras desde marzo por las consecuencias de 'Filomena'

La ermita escondida y modernista - Foto: Yolanda Lancha

Los hermanos Acisclo y Vicenta de Mora, «los más ricos del pueblo», según una feligresa, observaron la decadencia y ruina de la primitiva ermita de Nuestra Señora del Rosario de Pastores en Huerta de Valdecarábanos. Y costearon la construcción del nuevo templo a principios del siglo XX. Mucho antes, cuatro siglos atrás, había nacido la hermandad que custodia la devoción por la Virgen María y el santuario. Lo extraordinario sucede en el primer vistazo al lugar: se trata de un edificio de estilo modernista que lo singulariza del resto de la provincia. Ahora, está en obras a causa del temporal 'Filomena', pero la pintoresca fachada luce indemne.

La evocación medieval bulle enseguida en esos segundos de incredulidad para el desconocedor. Sin embargo, el templo fue diseñado y construido por Jesús Carrasco-Muñoz (1869-1957). Fue levantado en apenas dos años por los propios vecinos y consagrado el 16 de noviembre de 1910 con el toque modernista en la arquitectura y en la decoración. El trencadís de azulejos de color azul que colorea y bordea todo el edificio recordará, por ejemplo, al uso en el Parque Güell, de Antoni Gaudí. «También están presentes otros estilos como la cúpula de corte bizantino o los contrafuertes y pináculos que recuerdan los estilos románico y gótico», menciona el Ayuntamiento en la entrada al recinto.

La Hermandad Virgen del Rosario de Pastores empezó a mediados de marzo unas reparaciones que continúan aún en el interior del templo. El temporal 'Filomena' de principios de año desencadenó los desperfectos en la instalación de climatización, en un lateral y en el coro de la ermita. No obstante, los feligreses acuden todos los días sin variación en el hábito, solo con la incomodidad de los útiles de la obra.

La ermita escondida y modernistaLa ermita escondida y modernista - Foto: Yolanda LanchaEl exterior luce impecable. Como un enclave sumamente hospitalario dentro de Huerta de Valdecarábanos. Sin embargo, el visitante apenas entrevé por la carretera los rasgos inesperados de la ermita. «Mucha gente se cree que es un castillo. Como no se ve. Suben y ya lo ven», afirma Antonio Martín, el ermitaño que lleva 13 años al cuidado del templo, mientras pasa la sopladora de hojas por los alrededores del templo.

El arquitecto madrileño Jesús Carrasco-Muñoz, autor de la Basílica de Jesús de Medinaceli o el hotel Reina Victoria en la capital, aterrizó en el pueblo para la reconstrucción de la iglesia parroquial y se le encomendó el proyecto de erigir la nueva ermita. «Mejor conocida es su contribución a la regeneración de la tendencia medievalista, especialmente en algunos edificios religiosos como la pintoresca ermita de los Pastores (1908-1910) en el pueblo toledano de Huerta de Valdecarábanos», detalla el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia. Y abunda: «A lo largo de sus más de sesenta años de fecunda trayectoria, desarrolló una actividad muy amplia y polifacética, que comprendía todo tipo de expresiones estilísticas y tipológicas. Es, por ello, un completo muestrario de la evolución general de la arquitectura madrileña durante la primera mitad del siglo xx, un período caracterizado por la lenta desaparición de la arquitectura tradicional y el triunfo definitivo del movimiento moderno».

Antonio, natural de Huerta de Valdecarábanos pero que ha residido buena parte de su vida en Alcalá de Henares, vive en una casa baja junto al edificio religioso y dedica las mañanas, y también las tardes según la época del año, a mantener impoluto el lugar. «Si hay que barrer, fregar, limpiar», dice del tirón el medidor del pulso diario de un templo que ha cumplido ya 110 años.

«No falta gente en todo el día. La gente se dedica a dar vueltas a la ermita», apunta por la afluencia de feligreses que enfilan las calles del municipio para acercarse al templo, localizado en un alto a las afueras pero tan solo a unas decenas de metros de las últimas viviendas. Flanqueado de árboles, supone un remanso para la charla, la relajación o la atención a los cantos de las aves.

La Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Pastores está formada por 10 miembros que se relevan cada tres años. Antonio, medio en broma, sugirió durante su estadía que podía relevar al ermitaño. «Lo hablé con la señora y dije: sí», asevera este hombre de 75 años.

Huerta de Valdecarábanos, localizado apenas a cuatro kilómetros de distancia de Yepes, posee también la singularidad del topónimo: «El término ‘Valdecarábanos’ pudo originarse en ‘Xenan el Ward’, que significa ‘vergeles de la rosa’, por la vega y regadíos que en ella se dan», según sugiere la Diputación Provincial. Allí, el visitante encontrará este simpar templo que abre todos los días del año, por la mañana y por la tarde. Y por allí estará Antonio.