El sector de la imagen personal, donde se agrupan los salones de peluquería y estética, atraviesa una «complicada» situación, agravada por la pandemia del coronavirus, que se ha traducido en menos poder adquisitivo de los clientes y con ello una menor frecuencia a la hora de usar sus servicios, que tienen de igual manera una menor demanda al no celebrarse eventos como se venían realizando hasta marzo del año pasado.

La vicepresidenta de la Agrupación de Estilistas de Talavera y Comarca (Agrestac), Eva A. Gómez, recordó cómo tras prácticamente 50 días de cierre por el confinamiento domiciliario tras la declaración del estado de alarma, desde el 13 de marzo hasta principios de mayo, se vivió la reapertura «con mucha incertidumbre». En ese momento, además, «no era fácil encontrar el material» de protección necesario «y lo poco que había era carísimo».

«Tuvimos que hacer un gasto horroroso para poder empezar a trabajar otra vez», dijo, incidiendo en que esta reapertura fue escalonada, según se iba disponiendo de material.

Los primeros días fueron intensos en este sector, porque «todo el mundo que no había pasado por el salón en estos meses» quería ir. «Nos encontramos con unas barbaridades increíbles», recordó sobre los ‘arreglos’ que se había hecho la gente en su casa, al estar las peluquerías cerradas.

Sin embargo, esa demanda se atendió en unos veinte días, y luego «vino un bajón exagerado porque se unía que la gente no trabajaba, mucha gente en ERTE, sin el mismo poder adquisitivo que habían disfrutado tiempo atrás».

Una circunstancia que se ha traducido en una menor frecuencia en las visitas a los salones de peluquería, donde también se resienten de la cancelación de eventos, fiestas y reuniones sociales. «Se celebran menos y los que se celebran con menos gente», dijo Gómez.

A día de hoy, dijo, «seguimos con ello», a lo que se unen los cierres perimetrales, que no dejan pasar a la gente al salón cuando pasamos de una fase a otra». Así, confirmó que la situación de estos negocios es «muy complicada» y, a nivel nacional, un 30% de los salones de peluquería y estética «han desaparecido o están a punto de desaparecer». Además, sigue «mucha gente en ERTE» y «esto no tiene pinta de mejorar».

Gómez reiteró además la reivindicación que viene planteando el sector desde hace tiempo, como es que se vuelva a aplicar el IVA reducido del 10% al sector, tras la subida ‘temporal’ que se aplicó en 2012, ya que se trata de una actividad esencial, como así se ha reconocido durante la pandemia. «El Covid no ha hecho si no que empeorar más nuestra situación, que ya venía de 2012, cuando nos subieron el IVA como una medida provisional», recalcó esta estilista.

Quiso hacer hincapié además en la importancia del sector, puesto que «dignifica a las personas», porque «cuando una persona se encuentra bien físicamente es un beneficio para el estado de ánimo y la dignificación de la persona».