Encinas y lavanda para adaptarse al Cambio Climático

L.G.E.
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El mapa europeo de casos prácticos elige dos ejemplos de la región. Las Tablas entran por reconvertir regadíos en dehesas y Brihuega por plantar lavanda

Las Tablas es un ecositema que depende del agua, así que sufre más por los períodos más habituales y duraderos de sequía que trae el Cambio Climático. - Foto: Rueda Villaverde

Plantar lavanda en Brihuega o una pequeña encina de un año al lado de Las Tablas de Daimiel son un ejemplo para Europa. Así se podrían resumir los dos proyectos castellano-manchegos que han sido elegidos para un mapa de casos prácticos de adaptación al Cambio Climático. Se puede acceder a través de la plataforma web del Ministerio Adaptecca donde se puede ver que en el Tisza medio (Hungría) se intenta almacenar temporalmente el agua de inundaciones para uso agrícola o la gestión que hacen del agua de tormenta en Malmö (Suecia). En el caso de España hay hasta cuarenta proyectos expuestos y dos son de Castilla-La Mancha.

En el caso de Las Tablas de Daimiel el ejemplo expuesto es la reforestación de un antiguo terreno de cultivo de regadío como dehesa. El humedal tiene un problema de encharcamiento por un aumento de la extracción tanto de agua superficial como de los acuíferos. El informe publicado apunta directamente a la transformación de amplias extensiones de terrenos colindantes del cultivo secano tradicional al regadío, que es más rentable.

Cuando hay años buenos de lluvias Las Tablas se recuperan, pero   el informe advierte de que los períodos de sequía son «cada vez más frecuentes e intensos por el Cambio Climático». Las proyecciones que hace la Aemet para Castilla-La Mancha para el siglo XXI apuntan una tendencia a la reducción del número de días de lluvias y al aumento de la duración de períodos secos. Así que toca actuar por el otro flanco y reducir la sobreexplotación.

Junto a las plantaciones de lavanda se colocan colmenas para la producción de miel y cuando estos campos florecen se convierten en un atractivo turístico.Junto a las plantaciones de lavanda se colocan colmenas para la producción de miel y cuando estos campos florecen se convierten en un atractivo turístico. - Foto: Javier PozoEl Plan de Gestión del Parque recoge la adquisición y reconversión de antiguos terrenos de regadío en dehesas. Se calcula que con esa política ya han conseguido comprar 1.106,5 hectáreas lo que habría permitido ahorrar más de tres millones de metros cúbicos de riego potencial. Pero el proyecto concreto que se ha subido al mapa de ejemplos europeos de adaptación al Cambio Climático ha sido la reforestación como dehesa de 104 hectáreas del paraje de la Duquesa, combinando encinas con pastos, gramíneas y leguminosas silvestres. En el área de Las Tablas solo han sobrevivido rodales y manchas de dehesas muy abiertas que lo que sí demuestran es que era un ecosistema dominante en el pasado. 

La finca en concreto, de 202 hectáreas, se  compró en 2007. Se reforestó como dehesa una década después, con lo que el terreno había descansado tras su etapa de cultivo intensivo. Las semillas de encina se recogieron en otoño de 2016 de un paraje del parque conocido como  Quinto de la Torre y se llevaron al vivero de la empresa pública Tragsa.

Ahí se sembraron y fue entre noviembre y diciembre de 2017 cuando se fueron a plantar a la finca que se quería reforestar. Se utilizaron 5.200 plantas, optando por una distribución aleatoria, pero con una distancia mínima de 15 metros entre planta y planta. Se instaló alrededor de cada futura encina una malla protectora para evitar que se la comiesen los jabalíes o los rebaños. 

El coste total del proyecto fue de 83.000 euros y lo financió la Oficina Española del Cambio Climático. Al margen de este proyecto, pero con la misma filosofía, en esa finca se reforestaron 50 hectáreas más en 2018 en colaboración con WWF España. Y es que no se trata solo de reducir la demanda de agua, sino que también este ecosistema de dehesa es un corredor seguro para flora y fauna y sirve de área de refugio, nidificación y alimento.

De La Provenza a La Alcarria. El segundo caso práctico elegido en Castilla-La Mancha demuestra que seguir el ejemplo de lo que se hace en otras zonas de Europa puede ser muy útil y revolucionar toda una comarca. Algo así ocurrió en 2005 cuando un grupo de agricultores y técnicos hizo una excursión a La Provenza que organizó UPA. A raíz de esa visita se creó la empresa Explotaciones Aromáticas Hermanos Corral, que empezó plantando entre ocho y diez hectáreas de lavandín en Brihuega, en La Alcarria. El informe recoge que en unos años se pasó a 700 hectáreas y que ampliaron la actividad también a la extracción de esencias y la comercialización.

En este caso la adaptación al Cambio Climático viene por la sustitución de los cereales, muy sensibles a las variaciones meteorológicas y que sufren el acortamiento de la primavera y verano y los períodos de sequía. Todo eso afecta a la rentabilidad de los herbáceos. Se calcula que el rendimiento del cereal puede variar en un 90% en función del tiempo que haga ese año. Esa variación se queda en el 37% con las aromáticas. Además la lavanda permite utilizar suelos semiáridos, aguanta bien el sol en verano y las heladas de invierno. Incluso si son tardías, tiene la posibilidad de rebrotar. 

En este proyecto además se colocaron cerca de 8.000 colmenas junto a las plantaciones para la producción de miel. Y la floración de la lavanda ha dinamizado la actividad turística, cultural y artesana de la zona. El ejemplo está cundiendo. Según los anuarios estadísticos del Ministerio de Agricultura en Guadalajara se han duplicado las hectáreas en cinco años (de 699 a 1.355),  en Albacete se ha pasado de 48 a 224, en Cuenca ha crecido de 154 a 193 y en Ciudad Real, donde no se cultivaba, ya hay 96 hectáreas.