Veteranos en la afición de moda por la Covid

J.M.
-

Los clubes de senderismo recomiendan la preparación de las rutas y sugieren más itinerarios para los noveles. Los caminos públicos vallados, el caballo de batalla del colectivo

Veteranos en la afición de moda por la Covid

La Guardia Civil ha rescatado a cuatro senderistas entre enero y marzo. Más bien en el último mes y medio. Toledo, La Estrella y Castillo de Bayuela figuran en el mapa de estas incidencias, una cifra ligeramente superior al mismo periodo de 2020. Entonces hubo tres, tal y como detalla a este diario la Benemérita. Los accidentes han aumentado levemente, pero la afluencia de caminantes en el campo se ha disparado notablemente en la provincia a consecuencia de las restricciones por la Covid-19. «Es una oleada pasajera, pero el senderismo ha venido para quedarse», aventura Rubén Mateos, integrante de la junta directiva del Club de Senderismo ‘Montes de Toledo’.

Se trata de uno de los tres existentes en la ciudad. Nacido en 2013, está sustentado por 50 amantes de los caminos alejados de toda moda. Los aficionados han visto cómo se han multiplicado los visitantes a rincones como ‘El Chorro’ de Los Navalucillos, que ha obligado al Parque de Cabañeros a limitar la entrada, o a la Garganta de las Lanchas, cuyo ayuntamiento ha pedido a la Junta medidas para atajar el descontrol.

Mateos aconseja a los noveles que se informen adecuadamente de las rutas antes de las excursiones y abandonen «el libre albedrío» de las salidas impulsivas. Clubes de senderismo como el de ‘Montes de Toledo’ conocen palmo a palmo la provincia y ofrecen abundantes alternativas a los itinerarios más famosos de la zona. «Se puede subir desde cuatro partes distintas a Rocigalgo», comenta en referencia al macizo de Los Navalucillos y donde se encuentra el paraje de ‘El Chorro’.

 El presidente del Club Deportivo ‘Torozo’ de Sonseca, el septuagenario Juan García, encabeza un colectivo integrado por más de 100 socios que organiza distintos planes todas las semanas por la provincia y por otras de Castilla-La Mancha. «A más afluencia, más basura», lamenta como consecuencia de este notorio aumento de caminantes aunque haya advertido una mayor educación en la recogida de los residuos.

Juan, un veterano que ha pateado bien Gredos y Pirineos, recuerda que los senderistas escaseaban antaño en la provincia, por lo que «el auge» reciente supone un hecho extraordinario que no varía el verdadero caballo de batalla de este colectivo.

Tanto Rubén como Juan coinciden en que los abundantes caminos públicos vallados por latifundistas suponen una realidad extendida en la provincia. «Los ayuntamientos no se implican. No sé cómo lo consienten», critica el presidente de ‘Torozo’, quien menciona varios ejemplos en los Montes de Toledo.

El representante del Club de Senderismo ‘Montes de Toledo’ habla en términos idénticos. «Es nuestra guerra. Es una vergüenza», incide y hace una comparación al respecto: «Es como ocupar una casa».

Estas puertas metálicas impiden recorrer parte de los parajes de la provincia, un fenómeno antiguo. «Los caminos están usurpados», señala Mateos, quien se queja de que los ayuntamientos renuncian a presentar denuncias. «Llevamos años luchando», apostilla.

Por otro lado, entre los recorridos seguros por los que pueden optar los caminantes en las salidas, figura el proyecto de la Diputación Provincial de Toledo de senderos homologados para completar en una jornada. Ahora mismo, están señalizados 28 de corto recorrido en distintas comarcas, tal y como se puede comprobar en la página de internet ‘www.senderosdetoledo.org’.