Sepultar el amianto del cauce del arroyo Ramabujas y con él el que existe en el ‘núcleo 8’, la zona más cercana a las viviendas del Polígono, es una solución, y la Asociación de Vecinos El Tajo no se va a oponer. Pero no es su solución. A la espera del permiso de la CHT para desviar las aguas, Tragsa ha comenzado esta semana a trabajar en la recogida de los volquetes junto al barrio, gracias a una carpa con atmósfera negativa. El material se almacenará hasta que pueda ser depositado en el cauce y más tarde sepultado.

Pero la Asociación de Vecinos insiste en que soterrar el amianto no es la mejor solución, quizás tan solo la más barata, porque al fin y al cabo lo que se está haciendo es posponer el problema. La coordinadora vecinal, Gema Ruiz, recuerda, de hecho, que tanto el informe de Emgrisa, como la Fiscalía de Medio Ambiente determinaron que había núcleos donde había que sellar el amianto, pero en otros era mejor retirarlo. Pero en realidad la Junta, apunta, está tapando, «porque llaman sellado a lo que es un tapado».

Así se lo recordó Ruiz a los responsables de la Junta en una reciente llamada para informarla del inicio de los trabajos en el ‘núcleo 8’. Pero «nosotros no estamos por ahí», no es la solución perfecta que podría parecer. También les explicó que los vecinos van a seguir reivindicando que se lleven a cabo las actuaciones que marcaban Emgrisa y Fiscalía, «porque esta solución es parcial, es parcheada; y la solución definitiva es la retirada de ese amianto a un sitio controlado».

Así, de hecho, ya se lo manifestó la Asociación a la Junta en la última reunión de este verano. Allí, apunta Ruiz, «volvimos a manifestar cuál es nuestro sentir, y nuestro sentir es la retirada; no lo decimos nosotros, lo dicen los técnicos, no la Asociación de Vecinos, así se recoge en el informe de Emgrisa». Entonces, reconoce Ruiz, les reconocieron desde el Gobierno regional «que esto es una solución parcial y no debería ser definitiva. Pero no sabían el plazo, ni garantizaban que a medio o largo se garantizara que eso se retirada de allí». De forma que «lo que nos están haciendo es un cementerio de amianto, tapado, y un problema para futuras generaciones. Yo creo que debajo de una alfombra no se pueden esconder los problemas». Habría que buscar otras soluciones, por lo tanto, en el ‘núcleo 8’ y el cauce del arroyo.

Finalmente, Ruiz insiste en que se registre en el Registro de la Propiedad lo que se va a dejar enterrado en estas zonas, para que si en un futuro los terrenos se vuelven a vender, como ya ha ocurrido, no haya  opción de laborar, como se está haciendo ahora.