La primera derrota del CD Toledo de Roberto Aguirre dejó conclusiones plausibles para el técnico asturiano. Desde su punto de vista, «se dieron argumentos suficientes como para perder el partido» y los enumeró: «La precipitación, los errores evitables en los goles, sobre todo en el primero, y otro genérico que cuando entramos en campo rival, tuvimos muchas pérdidas con cierto espacio y tiempo para maniobrar, y sin una presión importante del rival».

Aún así, el entrenador verde cree que entraron bien en el partido frente al CD Guadalajara, «haciendo lo que se había trabajado y encontrando espacios y sin sufrir excesivamente». Después del empate y en la segunda parte es cuando desaparecieron esos aspectos positivos. Es más, analiza que «cometimos errores que nos penalizaron demasiado» y que, desde el 1-1, «el peligro nos lo hicimos nosotros mismos». Ya con el 1-2, añadió, el contrario entró en un escenario de interrpciones constantes que «nos hizo precipitarnos». Según Aguirre, «quedaba todavía mucho tiempo por delante y nos precipitados demasiado».

Durante el descanso sí que le pidió a Fran Sabaté que no ralentizase demasiado el juego, ya que «entramos bien por los costados pero al combinar con él tuvimos cierta lentitud, así que le dije que agilizara esas acciones para tener más chispa al final y cierta sorpresa».

Por lo demás, para el preparador del CD Toledo, esta derrota «sienta mal», pero, sobre todo, supone «una frenada» porque «veníamos de una dinámica positiva, de tener bastante confianza y queríamos coger el liderato». Para Aguirre, el tropiezo «reduce el optimismo en el día a día», aunque «no queda más remedio que digerirlo y aceptarlo para pensar en el Marchamalo». Ahora mismo, a Roberto Aguirre le preocupa «cómo pasar de la derrota al triunfo, lo más complicado en el fútbol».

Yes que, tampoco hizo una valoración importante de la clasificación porque piensa que queda un mundo por delante. Sí que le está sorprendiendo que haya impugnaciones, si bien, lo achaca a «una temporada atípica que lo es para todo». Concluyó que «da la sensación de que pasan cosas que antes solo se daban de manera esporádica y que está todo muy retorcido».