El nuevo rector de la Universidad de Castilla-La Mancha trae cambio y prudencia. Son dos de las ideas que más remarcó esta mañana Julián Garde  en su toma de posesión como rector en Ciudad Real, casi cuatro meses después desde que ganó las elecciones. «En esas elecciones de 2020 nuestro proyecto de cambio obtuvo el respaldo mayoritario de los universitarios que señalaban el inicio de un tiempo nuevo», expuso durante su intervención. Pero aclaró que será un «cambio tranquilo» y que necesitará un «tiempo prudente». «No tenemos prisa, seremos prudentes y responsables, lo que implica actuar habiendo valorado todas las alternativas posibles, ventajas y convenientes de las acciones de gobierno», expuso. 

Garde prometió gobernar «con templanza» para todos. También garantizó que «los principios éticos serán la base de cualquier decisión tomada y la transparencia la seña de identidad de la forma de gobierno». El nuevo rector añadió que «si algo debemos tener claro es que no alcanzaremos nuestras metas si confundimos lo posible con lo deseable», expuso, «pretendemos ser rigurosos y realistas». Insistió en que llevará un programa de gobierno «factible» y «que no genere falsas expectativas».

Ganar relevancia y retener el talento. Pero lo cortés no quita lo valiente y Garde se ha marcado objetivos ambiciosos para conseguir una Universidad más comprometida, más dinámica y más moderna. Entre los retos que tiene por delante mencionó la digitalización, la internacionalización, el incremento de la relevancia, la retención del talento o la sostenibilidad.

Garde promete un cambio en la UCLM, aunque será «tranquilo» - Foto: Rueda VillaverdeLas palabras de Garde las escucharon los rectores de la Complutense y la Universidad de Alcalá de Henares, que también asistieron el acto, el presidente de las Cortes, los presidentes de las diputaciones de Ciudad Real y Albacete y una representación de diputados y senadores. El presidente de la Junta fue el que le impuso el birrete y la medalla y le entregó el bastón. Por parte del Gobierno también asistieron el vicepresidente y algunos de los consejeros más vinculados a la institución universitaria como el de Sanidad y las de Educación y Economía.  El acto se hizo con aforo reducido, aunque la retransmisión por youtube la siguieron en vivo más de 250 personas. 

En su discurso Garde repitió el término de ‘cambio tranquilo’ cuando se refirió más a la faceta de la transmisión de conocimientos de la Universidad. «Debemos enseñar, enseñar bien», expuso, «en esa dirección se hace imprescindible el cambio tranquilo en la orientación de nuestro modelo universitario». 

Apuesta por la investigación. Otro de las aspectos que trató es el de la investigación. «Es la dignidad y el alma de la universidad», clamó. Además recordó que en estos tiempos «más que nunca» se comprueba como la sociedad necesita de la intervención de la universidad investigadora. Sobre este campo, apuntó que la investigación «debe contemplarse desde la alta especialización en cada campo, pero rompiendo las barreras de limitación de áreas». Cree que es lo que demanda el futuro, pues solo se podrán «abordar problemas multifacéticos con proyectos multidisciplinares».

Garde promete un cambio en la UCLM, aunque será «tranquilo» - Foto: Rueda VillaverdeAcciones en otras localidades. Además de quitar fronteras en disciplinas a la hora de investigar, también quiere hacerlo con la sociedad. «Dedicaremos buena parte de nuestros esfuerzos para estrechar vínculos y lazos con agentes sociales y económicos», expuso, «nuestra participación en cuestiones sociales, económicas y culturales se hacen imprescindibles». Esa relación con el conjunto de la sociedad la quiere rebasar incluso geográficamente. Si bien la UCLM tiene varias sedes en Castilla-La Mancha, el rector quiere «desarrollar acciones y actividades en otras localidades». «Debemos abrir de par en par las puertas», apuntó. 

El lado más humano. Pero además de hablar de los principios que regirán su gobierno al frente de la UCLM, Garde mostró su lado más humano en parte del discurso. Lo hizo cuando se acordó de su padre, natural de Castillo de Garcimuñoz en Cuenca. «Si mi padre nos hubiese acompañado desde el patio de butacas en el día de hoy en este acto, se sentiría tremendamente orgulloso al verme», confesó.  

Recordó los años en los que llegó a Albacete: «Si algo flotaba en el ambiente era el orgullo de todos los que formábamos parte de esa Universidad que lo estaba cambiando todo». A su mujer le agradeció su apoyo incondicional. «Sé que te debo demasiadas cosas, especialmente tiempo». De su hijo Juan Carlos dijo que es «la alegría de este rector». 

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