«Las administraciones saben lo que pasa, pero no vienen»

M.G
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Cipriano González, fundador de la ONG 'Socorro de los Pobres' lanza un S.O.S por la escasez de alimentos para facilitar a las familias con menos recurso. Pide que los que más tienen ayuden y se gasten dinero en los pobres

«Las administraciones saben lo que pasa, pero no vienen» - Foto: Yolanda Lancha

Cipriano es de lágrima fácil, pero las que llora ahora son de angustia cada vez que se asoma a un almacén prácticamente vacío de bolsas de comida. Sabe que son momentos económicos difíciles por la pandemia, pero no entiende por qué la solidaridad está en horas bajas ahora que hace tanta falta. ‘El amigo de los pobres’ teme que uno de estos días tenga que decirle a una familia que no puede dar nada, ni una última bolsa de productos de primera necesidad. Su S.O.S es el último grito para salvar su ONG, en la que tanto trabaja junto a un grupo de voluntarios desde hace muchos años.

La situación de la ONG es agónica y apenas le quedan varias bolsas de comida para repartir. ¿Cómo ha llegado a este extremo?

Nos hacen falta muchos alimentos. En setenta años que llevo dando de comer a los pobres, sin tocar un duro de nadie, no me había pasado esto nunca. No quiero dinero, únicamente alimentos para la gente que lo necesita.

Hace un llamamiento a las empresas para que aporten, pero también son importantes las donaciones particulares, imagino.

Claro. El que quiera comprar alimentos puede ir a un supermercado y mandarlos aquí, al ‘Socorro de los pobres’, en la Bajada de San Martín. A pesar de esta situación, estoy muy agradecido a una serie de empresas que siempre colaboran con nosotros, como Delaviuda, Finca El Castañar, Tello, la constructora Lozoya y Vistahermosa, entre otras. Pero aunque todas ellas se porten muy bien no es suficiente porque necesitamos muchos alimentos.

En estos momentos, ¿a cuántas familias podría ayudar con las reservas que le quedan en el almacén?

No puedo dar a casi nadie. Con lo que hay no podríamos dar alimentos a más de 70 personas. Es increíble ver tan pocas bolsas con la cantidad que siempre hemos tenido. En este tiempo tan raro hay que dejar a un lado la codicia. Tengo claro que hay gente maravillosa, pero es como si se hubiera olvidado de ayudar.

Los voluntarios que están colaborando a diario comentan que ya no hay pañales ni cereales para los más pequeños.

No hay nada. Nos hace falta de todo, incluso leche. Y es una pena estar en esta situación cuando hace tanta falta ayudar.

En una situación de necesidad excepcional como está viviendo su ONG  ‘El socorro de los pobres’, ¿no puede llamar a la puerta de las administraciones, como la Junta o el Ayuntamiento, para que colaboren?

Ellos ya lo saben  y conocen perfectamente la situación. Lo están viendo, pero no entiendo por qué no se acercan aquí o mandan alimentos. Además, se enteran gracias a los medios de comunicación a los que pido ayuda para explicar en qué situación nos encontramos desde hace tiempo. También estoy llamando a la Universidad de Castilla-La Mancha,pero al final entre unos y otros se pasan la pelota y al final no hay manera de hablar con nadie.

¿A qué se debe esa falta de solidaridad justo en estos momentos de crisis económica?

No lo sé, la verdad. Me parece que es inexplicable y no lo había visto nunca. Siempre he tenido en almacén una buena cantidad  de legumbres, de aceite, de leche y de otros productos. Pero ahora mismo no hay nada.

Quizá al margen del llamamiento público también se podrían buscar otras iniciativas para recaudar fondos para alimentos o productos directamente, como campañas en centros escolares, por ejemplo.

Es que el problema es que las cosas no están bien con el coronavirus y es más complicado sacar adelante iniciativas en los colegios. La mejor manera de conseguir más alimentos es que la gente se acerque a los supermercados y los traiga.

Usted conoce de cerca las necesidades económicas de las familias de la ciudad y de alrededores, ¿se observan ahora más problemas con la pandemia y con la falta de actividad económica?

Cada vez hay más familias pobres, es algo que se ve venir desde hace tiempo. Hay mucha gente que no está trabajando y se encuentra en una situación muy complicada. Ysin trabajo no se gana el pan para la familia y no hay dinero.

¿Los supermercados nunca han ayudado a la ONG?

No, directamente, no. Los supermercados de Toledo dependen de distintas cadenas y de Madrid, fundamentalmente, así que es muy complicado ponerse en contacto con las personas adecuadas.

¿Se reparte más ahora que antes de la pandemia? Normalmente, solía hacer un reparto un día al mes, pero ahora las familias pueden acudir a diario.

No sé exactamente cuánto se reparte, pero creo que algo menos que antes. Uno de esas tardes de reparto llegué a dar 6.000 bolsas a 6.000 familias y llegaba la cola de gente hasta San Juan de los Reyes.

Gracias al llamamiento está empezando a recibir ayuda.

Sí. El lunes por la tarde llegó un cargamento de una asociación de mujeres de Menasalbas. Estoy muy agradecido porque este colectivo nos ayudará durante todo el año. Están llegando ayudas, sí, de otras asociaciones y de particulares, tanto de Toledo capital como de pueblos.

¿Le duele tener que llegar a convocar a los medios como llamada desesperada?

No, no me duele. Quiero muchos a los medios de comunicación, pero no los he convocado yo, la iniciativa ha partido de los guías.

¿Qué le gustaría decir en estos momentos?

Con toda mi educación, pido a la gente que más tiene que traiga alimentos, por favor. Que se gasten un poco en la gente necesitada. Lo más bonito es que alguien que tiene pueda ayudar a otra persona que no tiene. Hay que mirarse un poco al corazón. Que aprovechen y se gasten el dinero, pero también un poco en los pobres.