Un viaje para dos

Sara Borondo
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Josef Fares despliega un gran repertorio de mecánicas cooperativas en una peculiar terapia de pareja

Los juegos en cooperativo para dos son unos de los grandes olvidados del videojuego; algunos juegos incluyen la opción de jugar con más gente pero en poquísimas ocasiones sus mecánicas están diseñadas de verdad con dos jugadores en mente, y están pensados para que la inteligencia artificial pueda controlar al otro personaje. Pero Josef Fares y su estudio Hazelight sí han creado una experiencia que solo se puede jugar con otra persona.

En Brother, A Tale of Two Sons un solo jugador controlaba a dos jugadores para, en un momento dado, sentir un vacío interior al manejar solo a uno. A Way Out, el segundo título, es una aventura cooperativa en la que dos personajes trabajan para salir de la cárcel. Con It Takes Two (disponible en las consolas PlayStation y Xbox y en PC en Steam y Origin) Hazelight consolida un concepto muy original de juego cooperativo que funciona tanto en modo local a pantalla partida como a través de internet. En este último caso, como ocurría en A Way Out, no es necesario que el segundo jugador compre el juego, ya que puede jugar como invitado.

Fares ha creado un estilo propio en el que todo, hasta el título (ese hacen falta dos) grita con fuerza que su creador quiere que sea una experiencia compartida. It Takes Two es un festival de mecánicas en las que las habilidades de un personaje complementan las del otro, de forma que uno tiene que ayudar a que el otro avance y pueda así abrir un camino nuevo para que puedan reunirse e incluso en muchas ocasiones deben ponerse de acuerdo los dos jugadores para un botón o moverse con la máxima coordinación.

A lo largo de la historia hay también numerosos minijuegos que se pueden jugar en cualquier momento desde el menú principal aunque hay que decir que rompen con el concepto sobre el que se sustenta It Takes Two de cooperación ya que consisten en derrotar al rival.

Resulta paradójico que, teniendo en cuenta que Fares procede del mundo del cine y, por tanto, de la narración de historias, en esta ocasión las mecánicas y el diseño de niveles sea lo más destacado mientras que lo que cuenta el juego es bastante previsible y va por un camino trillado. Algunas escenas se antojan forzadas.

La pequeña Rose se entera de que se van a divorciar sus padres, May y Cody, quienes se ven convertidos en dos de los muñecos de su hija. Un libro de terapia de pareja tiene el propósito de ayudarles a recuperar el amor que sentían el uno por el otro al principio de la relación y volver a ser aquello que han ido perdiendo con el paso del tiempo, para lo que les dota de distintas habilidades en cada fase de la peculiar terapia de pareja. Por ejemplo, Cody puede disparar bolas de miel y May lograr que estallen.

It Takes Two es una cascada de buenas ideas e imaginativas soluciones plasmadas en la jugabilidad con un ritmo excelente y trepidante y que, como detalle para los muy jugadores, incluye momentos inspirados en juegos muy conocidos a los que les de un toque propio, haciéndolos suyos. El juego consigue esos momentos de satisfacción por haber conseguido superar un reto juntos. Lo más interesante es cómo va desarrollando esta idea a través de puzzles variados e imaginativos y con un diseño de niveles que sorprende cada pocos minutos al jugador, original y en ocasiones extravagante, pero jamás aburrido.