La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Toledo ha aprobados tres expedientes de honores y distinciones para hacer público reconocimiento a quienes han destacado en sus campos profesionales al servicio de la ciudad. Todas son a título póstumo: nombra hijo predilecto a Manuel Santolaya, que fue gerente Consorcio hasta su fallecimiento (en reconocimiento a su amplia trayectoria en materia urbanística y arquitectónica, así como por su generosa y dilatada entrega profesional a la ciudad en pro del patrimonio histórico y monumental); hijo adoptivo a Ignacio Álvarez Ahedo, que fue arquitecto municipal hasta su muerte (en reconocimiento a la vocación de servicio público mostrada en defensa de los intereses de la ciudad, contribuyendo de manera decisiva a su evolución urbana en los últimos 35 años y a la declaración de Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1986); también hijo adoptivo a Luis Pablo Gómez Vidales que fue un destacado artista y animador cultural de la ciudad.

Noelia de la Cruz, portavoz del Gobierno municipal, dice que son propuestas consensuadas de forma que espera una tramitación tranquila y anuncia que se entregarán el día 23 de enero (San Ildefonso) junto a los del año pasado que no se pudieron celebrar por la pandemia (cuando se acordó dárselo a los toledanos por su comportamiento ejemplar en este trance). Además se concede un galardón especial a los colectivos que hacen frente a la crisis sanitaria y se ha decidido colocar una escultura de Canogar en recuerdo a las víctimas del coronavirus en el Paseo Recaredo, frente a la puerta del Cambrón (donde ha elegido el artista).