La matriculación de turismos sumó en julio 837 operaciones en la provincia de Toledo, una cifra que supone una bajada del 46,59% respecto a las que se contabilizaron en el mismo mes del año anterior. En el séptimo mes de 2020, se rubricaron 1.567 compraventas. La caída repercute tanto al canal de particulares como al de empresas. En ambos casos los descensos superan el 40%. Las importaciones de vehículos desde el extranjeros se desploman un 97% interanual, habiéndose certificado solo cuatro durante el pasado mes.

El desplome es aún más profundo en los coches diésel. Las matriculaciones en este tipo de motores se hunden por encima del 63%. En el caso de los turismos que funcionan con gasolina, la bajada es del 47%. Los vehículos de propulsión alternativa, en los que se incluyen los híbridos, los de gas o los eléctricos, registran un descenso más suave de apenas el 12%.

En el ámbito regional, las matriculaciones alcanzaron las 2.340 operaciones en Castilla-La Mancha. Este dato certifica un hundimiento superior al 31% en comparación con julio de 2020. Las cifras regionales mantienen la tendencia bajista de todas las comunidades autónomas, salvo la de Canarias.

«La situación empieza a ser comprometida porque el referente, que es el canal de particulares, vuelve a caer con fuerza y se sitúa incluso un 34 % por debajo de las cifras de julio de 2019, lo que habla de la tendencia tan negativa que sigue el mercado», lamenta Raúl Morales, portavoz de la asociación de concesionarios oficiales Faconauto.

Por su parte, Noemí Navas, directora de Comunicación de Anfac pone en foco en «el rebrote de los contagios de Covid-19 de cara al verano, la crisis de los microchips y la falta de stock de vehículos, la incertidumbre económica y la confusión que producen en el cliente las propuestas maximalistas de la Comisión Europea están afectando negativamente a las entregas, especialmente en el canal de particulares» como causas para explicar un pésimo mes de julio para el sector de la automoción.