Los talaveranos han asumido con normalidad desde el primer día el aumento de las restricciones sanitarias que el Gobierno de Castilla-La Mancha decretaba el pasado lunes para frenar la expansión del coronavirus. El notable endurecimiento de las medidas, que ha conllevado el cierre completo de toda la hostelería así como de los centros comerciales y los establecimientos dedicados a productos no esenciales con una superficie mayor a los trescientos metros cuadrados, ha sido respetado sin que en esta primera noche llegara a registrarse ninguna incidencia por la presencia de ciudadanos en la calle más allá del horario permitido por el toque de queda.

Antes de las diez de la noche se notaba ya en las calles la reducción de la movilidad, con la ciudad cerrada perimetralmente como todos los municipios de Castilla-La Mancha. Un parón que ya se apreciaba en la noche del lunes, con los establecimientos de hostelería cerrando o preparando un cierre inminente. 

Esa situación, unida al despliegue policial que se ha realizado para controlar el cumplimiento de todas las restricciones se suma a las bajas temperaturas que invitan al repliegue domiciliario.

El escaso tráfico que se pudo ver, tanto de vehículos como de peatones, se correspondía con la vuelta a casa o el desarrollo de algunas actividades, como los envíos a domicilio de la hostelería, o de personas que acudían a servicios esenciales como las farmacias. No obstante, la nota general fue de tranquilidad en las calles de la ciudad, tal y como confirmaban ayer a este diario fuente municipales, que mostraban su confianza en que esta situación se mantenga sin variaciones en los próximos días. 

Para controlar las medidas de Sanidad, que se han tomado por tiempo definido, aunque serán revisadas en el plazo de diez días, se ha desplegado un dispositivo de control coordinado entre los distintos cuerpos de seguridad. Intervienen en el mismo tanto Policía Local, como patrullas de la Policía Nacional y Guardia Civil. 

Para ello se ha aumentado el número de efectivos disponibles y se han establecido controles de acceso tanto en Talavera como en municipios de la comarca. En este sentido, agentes de la Benemérita se encargan de estos controles en las zonas rurales, mientras que en las entradas y salidas de Talavera corresponden a la Policía Nacional.

Con el fin de aumentar la presión policial se ha autorizado la presencia en la ciudad de agentes de la Policía Local de paisano, una fórmula que se ha demostrado eficaz con anterioridad. El cierre perimetral conlleva la prohibición de tránsito entre los municipios, salvo para por razones laborales, educativas o para acudir a centros sanitarios.