A las nueve de la mañana del domingo hay algo más que huellas de la noche en la zona del embarcadero. Bolsas, botellas y vasos se esparcen por toda la zona del embarcadero de piragüas, en las inmediaciones de Talavera Ferial, pese a las vallas que desde hace semanas intentan cortar el paso. Los últimos grupos aprovechan aún para agotar una noche que se alarga a pleno sol, igual que el sábado e igual que en otras zonas dispersas por los cuatro puntos cardinales.
«Este fin de semana esa zona estaba vallada y tuvo que ir la Policía Local porque había gente que había quitado las vallas, empezaron a acceder vehículos y se levantó denuncias a los vehículos que habían accedido, con retirada con grúa de esos vehículos». Lo explica a La Tribuna Flora Bellón, concejala de Seguridad y Movilidad. No es, ni mucho menos, un caso aislado ni el embarcadero es siquiera el punto más problemático.
Desde el fin del estado de alarma, el 9 de mayo pasado, el problema se va reproduciendo por distintos puntos de la ciudad, de forma itinerante a medida que se actúa con especial énfasis en alguno de ellos. Son grandes concentraciones en torno al alcohol, en la mayoría de los casos, aunque con sus excepciones. «Hay informes de Policía que dicen que es difícil porque muchos no beben, están allí pero no están consumiendo alcohol, otros lo esconden al ver llegar a la policía», explica Bellón, que evita el término ‘botellón’ e insiste en que no quieren criminalizar a la juventud, aunque es una práctica mayoritariamente juvenil.
Policía Local recuperará patrullas a pie contra el botellónLa Barrosa y todo el PP-6, la zona de la universidad, el embarcadero, los parques de Reyes Católicos, Europa, La Alameda o la Covacha están entre los puntos de concentración principales. «Desde el fin del estado de alarma y del toque de queda se han vuelto a producir, no voy a decir macrobotellones, pero sí aglomeraciones de personas», señala la concejala de Seguridad.
Cada fin de semana se dedican en exclusiva dos patrullas de la Policía Local a controlar botellones, pero no dan abasto. En la Junta Local de Seguridad de ayer, el Ayuntamiento quería pedir un refuerzo a la Policía Nacional y se está planteando recuperar los servicios GIO, parejas de agentes de la Policía Local que patrullan de paisano y tiene más fácil sorprender ‘in fraganti’ a quienes infringen la ordenanza municipal que prohibe el consumo de alcohol en la calle: « «La inmediatez que te dan dos personas que van de paisano para poder controlar y sancionar es muy efectiva y seguramente lo vamos a volver a pedir». Estas patrullas GIOhan estado funcionando con buenos resultados durante el estado de alarma.
movilidad. Los grupos se van adaptando a las actuaciones del Ayuntamiento, buscando ubicaciones alternativas a medida que se actúa en alguno de los puntos: «Nos percatamos de que se estaban desplazando a La Barrosa, a todo lo que es PP6, una vez que hemos empezado a controlar esa zona, en la que de hecho incluso se empezaron a poner ‘New Jersey’, las barreras que se ponen para impedir el acceso con vehículos, se han desplazado a la zona de la universidad».
Varios fines de semana más movidos en la zona de la universidad han desembocado en la medida adoptada hace dos semanas, el vallado para impedir el paso de vehículos. Una postura que se adoptó en el embarcadero después de una gran concentración que coincidió con el fin del estado de alarma. Son medidas que van reduciendo el problema que, no obstante, aparece y desaparece con cierta facilidad, como ha ocurrido este último fin de semana junto al embarcadero.
El botellón ni es nuevo ni es exclusivo de Talavera. Cada fin de semana se reproducen en televisión imágenes de grandes ciudades, muy similares entre sí. «Este fenómeno es algo generalizado de hace muchos años, que no es solamente en Talavera, está en todas las ciudades. La cultura, y no voy a decir de los jóvenes, porque hay jóvenes y menos jóvenes y hasta menores, es que cierra la hostelería y la gente quiere seguir y sigue y sigue», declara Bellón. «Son años y años de un fenómeno que podemos frenar y mitigar, pero erradicarlo totalmente parece difícil», añade la concejala de Seguridad.