«El promotor de pisos turísticos no pasa por el Consorcio»

F. J. R.
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«El Corral de Don Diego es un proyecto de Santolaya y me siento en la obligación de sacarlo adelante», subraya el gerente del Consorcio

«El promotor de pisos turísticos no pasa por el Consorcio» - Foto: David Pérez

Han pasado seis meses desde que fue anunciado su nombramiento como nuevo gerente del Consorcio y tres desde que tomó posesión, ¿qué le ha parecido la institución en este tiempo?

Tuve la suerte de trabajar antes con el Consorcio y, afortunadamente, con don Manuel Santolaya. Compartí con él muchos análisis de la ciudad y proyectos, y es una institución a la cual respeto y con la que he tenido la oportunidad de trabajar como arquitecto, de trabajar en patrimonio, de intervenir con los vecinos, de colaborar en callejón de San Pedro, en Santa Clara, en San Felipe Neri… en fin, en proyectos de ciudad y en otros que se quedaron, y no pudieron ser, como el ‘Barrio de los Canónigos’, con lo cual es una motivación y es una oportunidad de vida el poder trabajar para esta institución.

Y dicho esto, la he visto como yo me la imaginaba: con un equipo muy potente, muy profesional, con una labor que muchas veces no se ha sabido valorar y que yo espero que todo ese potencial podamos ponerlo sobre la mesa y que dé sus frutos.

¿Le ha sorprendido algo especialmente?

Me ha reforzado la idea que tenía sobre el equipo. Más todavía de lo que yo pensaba. Hay un equipo muy profesional, con un conocimiento de la sociedad y de los vecinos, del tema humano, que me ha sorprendido. Se conocen a los vecinos, las circunstancias personales de cada empadronado. El que necesita mejorar su accesibilidad, un cambio de ventanas… pero también tienen la profesionalidad y el conocimiento de los Bienes de Interés Cultural; así como de los estudios estadísticos de subvenciones, de población por barrios... es un trabajo inmenso que me lo he encontrado metido un cajón.

Quizás lo más triste es haber accedido al cargo tras el fallecimiento de su antecesor, Manuel Santolaya. ¿Cómo valora su legado?

Yo tengo una percepción de don Manuel como una persona muy reflexiva. Cuando tuve la oportunidad de hablar con él sobre la transición en la gerencia hablamos de forma amigable. Desgraciadamente, no he podido tener esa continuidad de poder seguir hablando con él, pero muchas veces miro hacia arriba y le consulto temas que se quedaron sobre la mesa. Pienso cómo lo hubiera enfocado él y, sinceramente, me he encontrado una institución con una trayectoria muy respetable. Desde el punto de vista patrimonial y también desde el internacional, porque hay proyectos que van más allá de la intervención. No solo la inmediatez. Manolo tenía una visión más internacional que me transmitió también. Pero destaco esa proximidad de pararle un vecino por la calle, de decirle: «Manuel, tienes que venir a ver lo que está pasando en el patio». Esa cercanía me parece que es un legado de una calidad humana que al final es lo que queda.

Usted se ha marcado una visión estratégica asentada en tres líneas trasversales, y la primera de ellas es planificar la ciudad según la nueva Bauhaus europea. El término es evocador, pero, ¿puede concretar alguna de esas ideas, hacer el concepto más accesible para el ciudadano de a pie?

La nueva Bauhaus tiene unas líneas que ahora todo el mundo está escuchando. Las ciudades históricas no se pueden quedar anquilosadas en el pasado.

Si las ciudades históricas patrimoniales no son vividas, con un concepto contemporáneo, pues se quedarán como algo del pasado, como una foto fija en blanco y negro que no debería ser.

También, la ciudad histórica tiene que ser sostenible. Yo así lo creo, porque además así lo he incentivado desde mi labor profesional. En el callejón de San Pedro tuvimos la suerte de tener un premio nacional de sostenibilidad y ecodiseño con unas intervenciones que recuperaban el concepto medieval de la apertura del patio a través del zaguán, pero no inventamos nada. Rehabilitamos un concepto para traerlo a la contemporaneidad. El concepto se asienta en esa sostenibilidad que yo creo que he intentando imprimir en mis proyectos como arquitecto. Elementos urbanos de nuestra ciudad histórica. Podemos analizar nuevas tecnologías energéticas más eficientes e integradas. Disponemos de ejemplos de buenas prácticas en casas-patio toledanas, rehabilitadas con materiales tradicionales y conceptos arquitectónicos contemporáneos.

Otro de sus objetivos principales es atraer a 200 familias para vivir en el Casco de aquí a 2030 basándose en la rehabilitación de viviendas y el uso de inmuebles actualmente cerrados, ¿qué nos puede adelantar de esto?

Todos hemos visto en estos meses de atrás, cuando aplaudíamos desde los balcones, que el Casco Histórico de Toledo, desgraciadamente, ha estado en silencio. Absolutamente en silencio. Y tiene que haber un antes y un después en nuestra mentalidad. Lo que tenemos que aprender de esta etapa es que la regeneración demográfica también tiene que ser en el Casco Histórico.

El conocimiento de nuestro equipo en la gestión patrimonial ayudará a eliminar la barrera que muchas personas plantean a la hora de realizar una obra en el Casco Histórico. Y ese es el primer valor que aporta el Consorcio de Toledo, el saber llevar a buen puerto un proyecto arquitectónico con toda la complejidad que conlleva.

Con esta sabiduría, debemos ayudar a la rehabilitación de edificios en desuso, para conseguir fijar una población estable, desde la administración deberíamos promover viviendas para alquiler de larga duración, o inmuebles para compra a precios asequibles, pero también residencias para personas que eligen Toledo para trabajar o estudiar durante una época de su vida, todas estas maneras de vivir en la ciudad dan vida al Casco Histórico.

El primer objetivo es cuidar al residente, para que no se plantee abandonar el Casco. Estamos trabajando en una línea de ayudas con unas nuevas bases reguladoras más democráticas. Los edificios en uso con necesidades de restauración de elementos comunes, patrimoniales y mejoras de la accesibilidad, la eficiencia energéticamente y la digitalización deben ser atendidos.

El segundo enfoque se pondría sobre los edificios en desuso de propiedad privada. El ejemplo es una casa patio con seis viviendas. Propondríamos otra convocatoria pública de ayudas y lideraríamos la gestión de la rehabilitación del edificio en cuestión. Primero, tras haber sido seleccionado según baremos objetivos, es tasado y valorado en su estado inicial sin restaurar -supongamos que 300.000 euros-. Segundo, dicho valor sería canjeable por inmuebles finalistas para la propiedad ya rehabilitados -en nuestro ejemplo dos viviendas por valor de 150.000 euros cada una-. Tercero, dispondríamos de cuatro viviendas para nuevas familias, seleccionadas en convenio con la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda de Toledo, de forma democrática y con cláusulas restrictivas sobre su uso turístico.

El precio de adquisición sería por debajo de mercado, dado que contaríamos con los fondos europeos del plan de renovación de barrios que se ha presentado a Europa desde el Ayuntamiento de Toledo, y con el Consorcio como oficina de gestión. Planteado de esta manera, hasta el 2030 podríamos llegar a 200 viviendas rehabilitadas.

Dada la picaresca, ¿no se corre el peligro, con ese plan de rehabilitación, de incentivar un futuro alquiler turístico? Es difícil conocer las intenciones finales de un particular cuando acude al Consorcio a pedir una ayuda para rehabilitar su casa.

Cuando ahora alguien viene a solicitar una subvención tiene un compromiso de cinco años de no convertirlo en apartamento turístico y, en el caso de hacerlo, tiene que devolver la subvención.

Pero cinco años no es un plazo muy corto, ¿no habría que subirlo?

Estoy de acuerdo. Cuando se implementa esta cláusula las circunstancias eran otras. Turísticas y de la población mundial. Por eso yo estoy a favor de que se amplíe el tiempo y, además, de buscar otras formas de fijación de población a largo plazo. Como que si el titular no lo puede usar que lo pueda hacer su hijo, un familiar o un amigo.

¿El Consorcio realiza esa labor de control de que se cumpla el no alquilarlo turísticamente?

Hacemos sondeos de búsqueda. De hecho vamos a presentar después del verano un informe que creo que va a ser muy interesante. Usamos nuestros ratios de reforma y los comparamos con los más de 400 apartamentos que se supone que hay en el Casco Histórico de Toledo. De esta forma, estamos haciendo un análisis de cuántos se han convertido o no en apartamentos turísticos. Va a ser muy interesante, porque, dentro de lo que llevamos analizado hasta ahora, aparece que el promotor que hace apartamentos turísticos no pasa por el Consorcio.

Este año el Consorcio cuenta con un presupuesto de unos 3 millones de euros. ¿Su objetivo es poder ampliar esa cifra de cara a 2022? ¿Qué papel pueden jugar los fondos europeos?

Los fondos europeos son muy importantes. Nosotros estamos hablando de lograr unos 15.000 o 19.000 euros por vivienda. Si realmente pudiéramos conseguirlo, sería un revulsivo muy importante para ciudad. Por eso, estamos preparados también como equipo de gestión. Sería algo muy potente para ese plan estratégico.

Esta semana la situación de Vega Baja ha captado la atención de Bruselas, ¿qué le parece la situación del yacimiento? ¿Debe el Consorcio ampliar sus competencias al yacimiento, salir de las murallas del Casco?

La cuestión es compleja. Yo estoy a favor de que haya un convenio urgente entre Ministerio de Cultura, Junta y Ayuntamiento. Es la vía. Hay un previo acuerdo, que desconozco, pero estoy a favor de que se ponga en marcha. Suponemos que un plan director desarrollado sobre la base del conocimiento arqueológico y paisajístico, podría ser integrador para la ciudad.

Respondiendo a tu pregunta, actualmente creo que el Consorcio debe centrarse en el plan estratégico 2030 en el Casco Histórico. Es prioritario para la fijación de población y continuar ayudando a la restauración de nuestro patrimonio histórico dentro del PECHT (Plan Especial del Casco Histórico de Toledo).

El Consorcio ha participado en muchas actuaciones en el entorno de los Bécquer y la calle la Plata, donde hay importantes restos y se sospecha que se encuentra el foro romano de la ciudad, ¿qué le parece que se haya presentado un proyecto de construcción de un hotel ahí mismo que afecta a 11 parcelas?

Desconozco el proyecto. El Consorcio no trata este tipo de proyectos. Lo he podido leer en prensa y conocer como ciudadano. No estoy en contra ni de los hoteles ni de los apartamentos turísticos, pero creo que la ciudad está a tiempo de apostar primero por las personas que viven e integrar el turismo sostenible, respetuoso con la sociedad. Soy optimista, debemos luchar desde las administraciones para que Toledo, igual que las Ordenanzas Reguladoras de la Contaminación Ambiental prohiben la ubicación de dos bares a menos de 25 metros, tendríamos que pensar en ratios de hoteles o de apartamentos turísticos por barrios.

La ciudad sigue sin tener un Plan de Ordenación Municipal (POM) y funciona con parches de uno de 1986, ¿por qué cuesta tanto sacar adelante un nuevo POM?

El planeamiento es necesario, nos ayudará a desarrollar la ciudad que necesitamos en el futuro. El punto de inflexión donde nos encontramos debe ser una oportunidad de análisis más sostenible y humano. El futuro POM después de pandemia nos hace pensar sobre otras formas de relacionarnos desde el punto de vista urbanístico y de vivienda. Si hubiéramos tenido un POM antes de la pandemia seguramente hubiera sido erróneo. Ahora tenemos otra reflexión de la ciudad, de los barrios, es la oportunidad de ver qué tipo de viviendas se están haciendo y qué nuevos espacios son necesarios.

¿Qué futuros proyectos maneja el Consorcio ahora mismo?

Te puedo adelantar que estamos analizando la posibilidad de rehabilitación de edificios públicos en desuso, pertenecientes a las instituciones consorciadas, para convertirlos en residencias de investigadores, estudiantes... El Corral de Don Diego es un proyecto de Manuel Santolaya y me siento en la obligación de sacarlo adelante, sería un merecido homenaje a su persona. Las asociaciones de vecinos me han trasladado su visión sobre un espacio de encuentro, sostenible y con viviendas para jóvenes.