El río Alberche ejerce como atracción para visitar el municipio de Escalona. Miles de veraneantes pasan periodos largos o breves en esta localidad de la comarca de Torrijos. El Ayuntamiento asume la custodia del valor medioambiental de este afluente del Tajo y quiere revertir las frecuentes fechorías contra el paraje. Las orillas y las islas aparecen cubiertas con un manto de basura. Por ello, puso en funcionamiento desde el pasado día 18 un servicio de protección y vigilancia mediante la figura del guarda rural.

«Desde el Ayuntamiento de Escalona, llevamos años protegiendo y cuidando las zonas de baño más concurridas, trabajándolas al inicio de la temporada, limpiándolas, colocando paneles informativos, contratando personal específico con el objetivo de controlar las zonas de baño, el acceso de vehículos, proporcionando bolsas para depositar los residuos a todos los que disfrutan del río o recordando sus obligaciones hacia nuestro entorno natural. Igualmente, se dispone de personal de limpieza durante toda la temporada y contenedores de residuos más que suficientes a lo largo de ambas márgenes», defiende el Ayuntamiento, pero no surte efecto.

«Aun con todas estas medidas, comprobamos que no es suficiente. Seguimos encontrándonos residuos, personas haciendo barbacoas o actuando de forma absolutamente incívica, y aunque la Policía Local sanciona estos comportamientos, no siempre es posible. No es posible estar físicamente en todos los sitios a un mismo tiempo, máxime en época estival cuando Escalona se convierte en una urbe de cerca de 30.000 personas con todas las dificultades que ello conlleva, llamadas, altercados, denuncias, problemas, incendios o avisos», explica el Consistorio.

De esta manera, justifica la creación del guarda rural para mejorar y cuidar la naturaleza del río. Las principales funciones del equipo de guardas rurales serán la vigilancia y protección del entorno natural, especialmente en todos los accesos al río Alberche y a las zonas de baño.

El control de vertidos y basuras, el control de barbacoas, el control de acampadas o el uso de vehículos a motor en las zonas de baño y accesos al río serán unas de sus principales tareas, teniendo capacidad de sancionar a quienes incumplan las normativas medioambientales u ordenanzas municipales.

El servicio contratado por el Ayuntamiento se compone de guardas rurales uniformados, con vehículos rotulados, con dispositivos de visión nocturna y visión térmica. Patrullarán a diario hasta el final de la temporada de verano.