«Cobraremos pensión, pero cabe esperar que sean más bajas»

Javier D. Bazaga
-

El director del Instituto BBVA de Pensiones advierte de que «el acuerdo del Pacto de Toledo evita realizar propuestas concretas»

«Cobraremos pensión, pero cabe esperar que sean más bajas»

El sistema público de pensiones está en el punto de mira ante la llegada a la jubilación de la generación del baby boom, la mayor esperanza de vida y cada vez menos nacimientos. La reforma del sistema es necesaria y soluciones como la mochila austriaca o las cuentas nocionales pueden conribuir a su sostenibilidad. También el ahorro privado.

Hace poco han publicado la IX encuesta del Instituto BBVA de Pensiones que analiza las expectativas de los ‘millennials’, que asegura que no confían en poder cobrar una pensión cuando llegue su edad de jubilación. ¿Cuál es el problema?

Efectivamente, tres de cada cuatro encuestados no confían en conseguir una pensión pública en el momento de su jubilación. Y tres cuartas partes (un 76%) de los ‘millennials’ consideran que es necesario reformar el sistema de pensiones.

La principal razón es la incertidumbre que gira en torno al actual sistema. Es lógico que puedan tener ciertas dudas sobre conceptos como la tasa de sustitución, la sostenibilidad del sistema con pensiones altas y sueldos cada vez más bajos, etc.

Pero el mensaje más importante a trasladar es que sí habrá pensiones públicas, todos cobraremos pensión cuando nos jubilemos, si bien desconocemos cuánto cobraremos.

Respecto a la cantidad a cobrar, en un modelo de reparto como el del sistema español de pensiones en el que las cotizaciones que pagan los que están trabajando en activo pagan las pensiones de los que están jubilados, y dado que aumentará sustancialmente el número de personas jubiladas en los próximos años por la jubilación del baby boom, sin que aumente en la misma proporción el número de cotizantes, podemos esperar que las pensiones futuras serán más bajas.

Por esta razón, con independencia de las reformas que se estén planteando, es importante tener claro que debemos ahorrar para la jubilación y empezar cuanto antes.

¿Puede el modelo de sistema de pensiones actual soportar la carga?

De hecho la está soportando. La clave es qué pasará en el futuro, y podemos establecer tres grandes claves para para ese futuro:

Vamos a vivir más años, que es una maravillosa noticia, pero es todo un reto para el sistema. La longevidad implica que vamos a ser jubilados y perceptores de una pensión de jubilación durante más tiempo.

Adicionalmente, y como comentábamos antes, próximamente comenzará a jubilarse la amplísima generación del baby boom, que incrementarán sustancialmente el número de pensiones.

Por último, asistimos cada vez a menos nacimientos y, por tanto, menos futuros trabajadores que contribuyan al sistema. Esto es todo un reto.

Hace poco que la mesa del Pacto de Toledo acordó una serie de «recomendaciones» para abordar la reforma de las pensiones. ¿Qué valoración hace de las mismas?

Lo más positivo del acuerdo es el amplio consenso alcanzado por la mayor parte de los grupos políticos, al plantear cuestiones que son un buen punto de partida de los cambios que debe acometer el sistema. Pero para alcanzar este acuerdo ha sido necesario que muchas de las recomendaciones no sean más que un conjunto de buenas intenciones en defensa del sistema público de pensiones, y una declaración de principios con los que, en general, es difícil no estar de acuerdo.

Sin embargo, las recomendaciones evitan realizar propuestas concretas y de calado sobre cómo asegurar la sostenibilidad del sistema a largo plazo, o introducir mecanismos de ajuste automático, que garanticen el equilibrio del sistema ante cualquier escenario de evolución demográfica o económica en el futuro.

¿Hacia dónde debería mirar esa reforma del sistema? ¿Qué aspectos debería tener en cuenta?

Lo más importante es acometer las reformas necesarias cuanto antes. En este sentido, son varios los factores a tener en cuenta que, combinados entre sí, pueden dar lugar a un sistema de pensiones sostenible, como el que tenemos ahora.

Entre las fórmulas que podemos considerar se encuentran que las pensiones deben calcularse sobre toda la carrera laboral, tanto para autónomos como trabajadores por cuenta ajena; disponer de un sistema de pensiones general y único para todos los trabajadores independientemente de su status laboral (cuenta ajena, autónomos, tiempo parcial…) o actualizar las pensiones en función del IPC.

Asimismo, hay que eliminar gastos impropios del Sistema de Seguridad Social y eliminar déficits. En este sentido, alargar las carreras profesionales pueden contribuir a corregir el déficit actuarial del sistema y proveer de pensiones potencialmente más elevadas.

Abordar la posposición de la entrada en vigor del Factor de Sostenibilidad, que ajusta la pensión en función de la esperanza de vida de la generación del solicitante de pensión, o la introducción de fuentes de financiación alternativas a través de la previsión social empresarial complementaria y del ahorro voluntario individual (Segundo y Tercer Pilar), también son elementos clave a tener en cuenta.

En su día se habló mucho de la mochila austriaca o las cuentas nocionales. ¿Cuáles son sus principales características?

La mochila austriaca está vigente en Austria desde 2003. En este país no existe prestación pública de desempleo ni indemnización por despido. En su lugar, los empleados cuentan con esta ‘mochila’ que, en realidad, es una cuenta individual de ahorro capitalización que se dota con aportaciones del empresario a favor del trabajador, y que acompaña al empleado durante toda su vida laboral.

El trabajador puede disponer de ella en caso de despido, cambio de compañía o de jubilación. Si no lo ha rescatado antes, ese fondo complementa la pensión pública de jubilación. En caso de fallecimiento no se pierde el fondo acumulado y los beneficiarios lo pueden rescatar. Es decir, el fondo es un derecho consolidado del trabajador.

En el caso de las cuentas nocionales, la base del sistema es que los trabajadores percibirán una pensión directamente relacionada con las aportaciones que han realizado al sistema a través de sus cotizaciones. Se trata de cuentas virtuales que se asignan a los trabajadores y donde se van acumulando las cotizaciones que realiza. Una vez alcanzada la edad de jubilación, las prestaciones que recibirá como pensión vitalicia dependerán de los derechos correspondientes al saldo acumulado en su cuenta.

Ambos sistemas se nutren de cotizaciones sociales pero las cuentas nocionales están destinadas más a garantizar una pensión, mientras que la mochila austríaca constituye un fondo individual en el que el trabajador va acumulando parte de su salario para utilizar ese dinero si es despedido o, en caso de que no lo sea, complementar en el futuro su pensión de jubilación.

¿Son fórmulas que deberíamos tener en cuenta?

Por supuesto. El sistema de cuentas nocionales permitiría que las personas pudieran ir adaptando su comportamiento y planificando adecuadamente su jubilación. Precisamente, una de las ventajas de este sistema es la transparencia. El trabajador sabe en todo momento el importe que ha cotizado o el importe que alcanzará en el momento que se jubile. Esto también permite flexibilizar la edad de acceso a la jubilación, ya que podrán decidir si quiere o pueden jubilarse antes teniendo información real sobre la cuantía de su prestación, aunque asumiendo que una jubilación anticipada conlleva una menor cuantía de pensión.

Por su parte, la mochila austríaca acompaña al trabajador durante toda su vida laboral, sea asalariado o autónomo y se cambie o no de empresa. Además, el fondo puede obtener una rentabilidad adicional.

¿A favor o en contra de alargar la edad de jubilación? En caso afirmativo, ¿por qué y hasta cuándo?

La recomendación del aumento de la edad efectiva de jubilación hacia la legal es un paso en la buena dirección, pero no es suficiente sin el incremento de la edad legal al mismo ritmo que lo haga la esperanza de vida.

Si no se toman las medidas adecuadas, nos podemos encontrar con que ni las jubilaciones se acerquen a la edad legal a un ritmo razonable, ni que la edad legal lo haga tampoco a la esperanza de vida. El aumento de la edad de jubilación, y alineado con el aumento de esperanza de vida, es uno de los mecanismos con efectos más potentes a largo plazo para evitar el déficit futuro del sistema y asegurar su sostenibilidad.

¿Cree que los ciudadanos somos conscientes de lo que nos corresponde a la hora de la jubilación?

Si bien cada vez hay más información, existe un déficit importante de información en la población sobre el principal ingreso que van a tener durante esta amplia etapa de la vida, que es la jubilación (una cuarta parte de la vida, o con el crecimiento de la longevidad, será prácticamente un tercio).

Según las encuestas realizadas por el Instituto BBVA de Pensiones, 7 de cada 10 españoles desconoce cuál será esa pensión pública, y en los simuladores de pensión de la iniciativa BBVA Mi Jubilación (abiertos a todo el público) ha habido más de 6 millones de simulaciones, de personas que han querido conocer cuál será su pensión estimada.

Adicionalmente, la sociedad demanda más información sobre las pensiones y tiene muchas dudas, no solo sobre la pensión a cobrar. En la página web de BBVA Mi Jubilación se producen 500.000 visitas al mes de personas que quieren informarse sobre este tema y un 83% de ellos acceden a través del móvil, lo que nos indica que la gente accede a este tipo de información en cualquier momento.

Dada la situación actual, ¿deberíamos complementar nuestras opciones de ahorro?

Como decía anteriormente, dadas las expectativas de mayor longevidad de la sociedad y ante la próxima jubilación de la numerosa generación del baby boom, la pensión que cobraremos en el futuro será probablemente inferior a la actual. Es importante que la sociedad conozca esta información para que pueda tomar decisiones informadas al respecto. Para todos aquellos que quieran mantener un nivel de ingresos complementario a esa pensión pública deberían plantearse individualmente ahorrar, y hacerlo de manera progresiva, un poco todos los meses, con ese objetivo finalista que es la vida en la etapa pasiva, en la jubilación.

¿Cuáles son las soluciones más recomendables?

Desde el Instituto BBVA de Pensiones no hablamos de productos, dado que es una iniciativa de educación financiera, y, concretamente, para la jubilación.

El mensaje principal que trasladamos para todos aquellos que lo necesiten es el fomento del ahorro, y no tanto el vehículo que se emplee. El paso más importante es concienciarse de que, en la medida de nuestras posibilidades, hay que ir preparando, durante toda nuestra vida laboral, un colchón para nuestra futura jubilación.

Hace poco ha habido una reforma legislativa que reduce las bonificaciones de los sistemas privados de pensiones. ¿Qué le parece?

Creemos que es necesario incentivar el desarrollo del tercer pilar de la Previsión social (el ahorro individual). El marco sociolaboral español presenta dos características que se han de tener en cuenta en el diseño de la fiscalidad de los sistemas de previsión social. La primera, es el gran número de trabajadores autónomos y empresarios individuales que hay en España.

La segunda característica es que la mayor parte de los trabajadores por cuenta ajena trabaja en pymes, en las que el ahorro colectivo apenas está presente. Se debe posibilitar, por tanto, a toda esta población ocupada que queda fuera de la previsión social empresarial que pueda acceder a sistemas de previsión individuales en las mismas condiciones y requisitos que cualquier otro trabajador.

Además, en España existe un significativo déficit de ahorro para la jubilación en comparación con la situación existente en el resto de países de su entorno. Este desajuste no puede dejarse exclusivamente a cargo de las empresas. Hace falta que los trabajadores, a título particular, tomen conciencia de la necesidad de ahorrar para su jubilación.