Más directoras equivale a menos violencia

Jaime Galán
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La Biblioteca del Alcázar ha acogido esta tarde una charla sobre violencia de género y cine. Las expertas explicaron que la visión masculina del sector manda un mensaje equivocado al consumidor

Las ponentes de la conferencia en la Biblioteca del Alcázar. - Foto: David Pérez

Cuando la realidad supera a la ficción. Ese es el nombre de la primera conferencia del ciclo denominado 'Una aproximación cultural a la violencia sobre las mujeres'. En esta primera sesión celebrada en la Biblioteca del Alcázar se analizó la relevancia que tienen las películas  o las series en el grado de machismo de la sociedad o en el número de casos de violencia de género. Para valorarlo fueron varias las expertas que participaron en el acto. Cristina Andreu, que es directora de cine y presidenta de CIMA, la actriz Marta Belaustegui y Carmen Fernández, miembro de la Asociación de Mujeres María de Padilla.

A La Tribuna atendió personalmente la primera de las mencionadas, Cristina Andreu. Explicó desde su perspectiva que en el mundo del cine, aunque ahora las cosas estén cambiando, lo habitual es que el director sea un hombre, por lo tanto, la película se hace «bajo su visión masculina». Entrando en detalle, Andreu expuso que dentro de esa visión el consumidor está acostumbrado a ver en la mayoría de las ocasiones a un hombre como protagonista,  dejando a las mujeres en papeles de madres o alejadas de la acción. También reprocha que se cosifica la imagen a una mujer de entre 20 y 40 años y «de buen ver», por lo que se lleva mandando durante años un mensaje a la sociedad de que «no somos capaces de hacer ciertas cosas». Pide que se dediquen papeles para mujeres de «astronautas, piratas o superheroínas».

Y es que para la presidenta de CIMA, el problema radica en esa ausencia de directoras. Agradece que en muchos festivales de cine ya están ganando premios mujeres con ese cargo, pero que en muchos otros aun apenas hay representación en el sector. Cristina Andreu reflexionó que se está instaurando una cultura de que el hombre debe ser dominante, «si no manda en la pareja, se siente indefenso». Explicó su teoría: «No somos competidores, tenemos que ir por el mismo camino, pero para eso los que cuentan las historias tienen que ser mujeres. Ayudará a los hombres a relajarse y estoy convencida de que si eso ocurre los casos de violencia de género bajarían». La directora de cine también ve fundamental trabajar desde ya con los más jóvenes. Para ello, desde su organización han creado un decálogo de buenas prácticas en los relatos audiovisuales. Entre esas diez ideas destacan algunas como que las mujeres existen y no son solo madres, novias o víctimas de violencia; que estas no son solo cuerpos; eliminar estereotipos para crear nuevos referentes; o apostar por esos referentes masculinos lejos de la figura de «héroe salvador y macho sustentador».

Tras la conferencia y las diferentes aportaciones de las protagonistas se proyectó en la sala la película 'Te doy mis ojos'. Una obra «perfecta» para la cita porque muestra que las víctimas de violencia de género deben denunciar, porque la realidad es que el 80 por ciento de ellas, no lo hacen.