El carrusel de caballitos de La Vega, golpeado por la nieve

La Tribuna
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Las imágenes que los vecinos de la zona han compartido con la propietaria de la atracción muestran un hundimiento parcial de la carpa que protege el tiovivo. Se desconoce el alcance de los daños: la dueña vive en Burguillos y no puede llegar a Toledo

El carrusel de caballitos de La Vega, golpeado por la nieve

Los caballitos de La Vega de Toledo también han sufrido el azote de Filomena. Aunque los daños de la atracción no han sido aún revisados, las fotografías que varios vecinos de la zona han enviado a su propietaria, Isabel Torrecillas, muestran el hundimiento parcial de la carpa que protegía esta instalación mecanizada de ocio. Torrecillas vive en Burguillos y aún no ha podido acercarse a la ciudad en la que tiene su negocio, una labor heredada de sus padres y en la que su familia se ha empleado desde hace 70 años. «Tenemos un par de puntales por el viento», explica. Sin embargo, la magnitud de la nevada, imprevista en una dimensión como la que adquirió podría haber vencido la resistencia de estos pilares.

«Me he enterado por las redes sociales», cuenta Torrecillas. La gestora del negocio se alertó cuando comenzó la secuncia de colpsos y derrumbes en los colegios, los aparcamientos y los árboles de la ciudad. «No pude contactar ni con los bomberos ni con la Policía; puse un post en el grupo de Facebook 'No eres de Toledo si no...' y allí me enviaron las fotos», detalla,

El cuerpo municipal de bomberos le ha prometido que se personará esta tarde en la instalación y revisará su estado. «No sé cómo están», proclama entre la preocupación y la impotencia.

Torrecillas remodeló su atracción el pasado verano. Cambio de caballitos, los adecentó y los dio más color y brillo. «Lo reformé con la poquita herencia que me dejaron mis padres». Su intención era reabrir la atracción en marzo, siempre pendiente de la evolución de la pandemia. «Quiero bajar, apuntarlo y meter dos puntales de obra hasta que mejore el tiempo». Pide, además, la ayuda de las administraciones. «Que nos den facilidades, que Milagros [Tolón] nos eche una mano», señala.

«No deja de ser paradójico que los caballitos de Toledo de toda la vida se quemaron [en 2011, tras el chispazo de una tormenta] y estos se haya congelado», concluye Torrecillas.