De nuevo este año, y con motivo de la situación de pandemia por la Covid-19, al igual que ya sucedió el año pasado,  no se celebrará este fin de semana en Toledo la tradicional romería en honor de la Santísima Virgen de la Bastida y de la Santa Cruz.   

Así lo ha confirmado Ángel Palma Losana, secretario de la Hermandad, que no obstante ha querido recordar a sus hermanos y fieles que sí que se celebrará misa en la jornada del sábado, 8 de mayo, a las 18:30 horas, en el Monasterio de San Juan de los Reyes con los cofrades y otros devotos de dicha advocación. La ceremonia será en honor de la Santísima Virgen, pero también para recordar a los cofrades muertos durante la pandemia y a todos los fallecidos por el coronavirus.

Desde la cofradía se anima a los toledanos a participar «más que nunca», en esta misa, afirman en una nota de prensa remitida a los medios de comunicación.

Aunque no se producirá romería, y las rifas, quínolas, limonada y las típicas roscas de anís no se sucederán entre los romeros a lo largo de la mañana del domingo, el 9 de mayo sí que se abrirán las puertas de la ermita de la Bastida, de 10:00 a 14:00 horas, para que aquellos que lo deseen puedan ver y orar ante la talla de la Virgen.

Doña Guiomar de Meneses, en su testamento en 1459, donó a la orden franciscana una casa y varias propiedades en la Bastida con la condición de que «la torreasen e poblasen» mencionando la ermita como «santa ermita de gracia».

 La actual ermita data de mediados del siglo XVI y, si bien ha sufrido reformas, conserva de esta época varias partes, destacando en especial el ábside. Es reseñable también la cueva donde la Beata Mariana de Jesús se retiraba para hacer penitencia.

En el año 1609 el Papa Paulo V concede una Bula a esta «piadosa Cofradía de fieles de Cristo de uno y otro sexo, bajo la advocación de la B.V. María, instituida canónicamente para alabanza de Dios». Su imagen, morena de piel, no es la originaria de esta cofradía, al ser ésta destruida en la Guerra Civil.

La imagen que ahora se puede ver en la ermita de la Bastida es obra de Cecilio Mariano Guerrero Malagón, una talla en madera realizada en 1941 para sustituir a la efigie primitiva, conocida como ‘Virgen Morena’.

Hay que remontarse ya a 2019 para que la Virgen de la Bastida procesionara por su pinar por última vez. En aquella ocasión, como principal novedad, los cofrades alzaron la talla de la virgen con una sola mano, elevándola al cielo de la Bastida en el final de la procesión. Fue, según recuerdan los propios cofrades, un momento de sumo fervor al ver cómo la talla se elevaba como las copas de los pinos mientras sonaban los acordes del himno nacional.