La exposición a los contaminantes acelera el envejecimiento

SPC
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Un nuevo estudio del investigador de la Universidad de Virginia Occidental (Estados Unidos) Eric E. Kelley, en colaboración con la Universidad de Minnesota, sugiere que los daños en el ADN no reparados pueden aumentar la velocidad del envejecimiento. Cada día, el cuerpo se enfrenta a un bombardeo de rayos ultravioleta, ozono, humo de cigarrillo, productos químicos industriales y otros peligros. Esta exposición puede conducir a la producción de radicales libres en nuestro cuerpo, lo que daña el ADN y los tejidos.

En su trabajo, publicado en la revista Nature, Kelley y su equipo crearon ratones modificados genéticamente a los que les faltaba una proteína crucial de reparación del ADN en sus células madre hematopoyéticas, células inmunitarias inmaduras que se convierten en glóbulos blancos. Sin esta proteína reparadora, los ratones eran incapaces de reparar el ADN dañado acumulado en sus células inmunitarias.

«Cuando el ratón modificado genéticamente tiene cinco meses de edad, es como un ratón de dos años. Tiene todos los síntomas y características físicas: pérdida de audición, osteoporosis, disfunción renal, problemas visuales, hipertensión, así como otros problemas relacionados con la edad. Ha envejecido prematuramente porque ha perdido la capacidad de reparar su ADN», detalla Kelley. Estos resultados sugieren que los daños en el ADN no reparados pueden provocar el envejecimiento prematuro del organismo. Cuando nos exponemos a un contaminante, como la radiación para el tratamiento del cáncer, la energía se transfiere al agua de nuestro cuerpo, rompiéndola. Esto crea moléculas altamente reactivas -radicales libres- que rápidamente interactúan con otra para ganar electrones. Cuando estos radicales libres interactúan con biomoléculas importantes, como una proteína o el ADN, causan daños que pueden impedir que esa biomolécula funcione correctamente.