El párroco de la iglesia de San José Obrero, José Antonio Jiménez, aprovechó la Eucaristía de este domingo para apelar al corazón de la ministra de Educación, Isabel Celaá, ya que a su entender «no ha escuchado» a 1,2 millones de españoles que no están de acuerdo con  la redacción de la nueva ley educativa (LOMLOE) que se tramita en el Congreso de los Diputados. El nuevo texto elimina la calificación del «castellano como lengua vehicular» y supone, según los promotores de la iniciativa #StopLey Celaá, la «imposición de un modelo de educación único, estatal y laico que pondrá fin a la pluralidad educativa actual y un ataque a la educación concertada y a la educación especial».

«Hemos firmado para que no se metan con la Iglesia en los colegios concertados y para que el castellano sea importante», afirmó Quillo, que pidió a Dios por cuatro cuestiones: por la ministra de Educación «para que Dios la ilumine»; para que el recurso paralice una ley porque «nos jugamos derechos fundamentales»; por la «igualdad»y por «la defensa del castellano, nuestra lengua».