Por las peculiaridades de la competición, la Fase de Ascenso a Segunda RFEF pone dos plazas directas para la nueva categoría que habrá por encima de la Tercera División que son más accesibles para los que sacaron mejor nota en la liga regular. Pero el CD Toledo está empeñado en alcanzar una de ellas. Matemáticamente solo es posible llegar a la segunda, y con una serie de condicionantes.

El primero, por supuesto, es sumar casi todo, por no decir todo. Los de Diego Merino necesitan sumar de tres en tres en los cinco encuentros que le restan. Aun así, estos marcadores están supeditados a lo que pase entre los demás rivales. Como el conjunto verde no se va a enfrentar a los de su subgrupo, es decir al CD Torrijos y al CD Marchamalo, necesita que ambos le resten lo máximo posible al Calvo Sotelo Puertollano y al Atlético Albacete en sus encuentros.

Solo así, sería posible que uno de los tres equipos que están por delante, y con mayor puntuación, sea alcanzado por el CD Toledo. De ser el Marchamalo quien se deje puntos por el camino, como estos irían a parar a uno de los otros dos, sería más complicado, por no decir imposible, reducir la diferencia actual.

De hecho, un supuesto escenario favorable para la tarde-noche del domingo sería el siguiente. Para empezar, el CD Toledo debería salir con la victoria del San Marcos de Quintanar del Rey, lo que dejaría al equipo conquense cuatro puntos por detrás. Por lo demás, si el CD Torrijos es capaz de puntuar en el Nuevo Cerrú ante el Puertollano y el CD Marchamalo hace lo mismo en la Ciudad Deportiva del Albacete, el club pasaría a depender de sí mismo.

Y es que, se quedaría a tres puntos, con 43, del Calvo Sotelo y el Albacete B, ambos con 46, por lo que si venciese a ambos en las siguientes jornadas, lograría acabar en segunda posición de este Subgrupo C. No es nada descabellado. Si bien, unos marcadores contrapuestos dejarían prácticamente noqueado al CD Toledo de cara a las tres jornadas restantes.