Un paso para el diálogo... y para agotar la legislatura

Agencias-SPC
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El Gobierno considera que la medida de gracia a los presos independentistas es necesaria para el reencuentro con la Generalitat, pero también para afianzar sus apoyos en el Congreso

Un paso para el diálogo... y para agotar la legislatura - Foto: EUROPA PRESS/M.FERNÁNDEZ. POOL

Los indultos a los líderes independentistas del procés aprobados ayer por el Consejo de Ministros y anunciado un día antes por el presidente del Gobierno en un acto en el Liceu de Barcelona representan «una apuesta por la concordia y la convivencia», según Pedro Sánchez, que espera que la concesión de la medida de gracia a los independentistas sea el primer paso por el reencuentro y el diálogo que abra una nueva etapa en lo que los separatistas llaman «conflicto catalán». Un término que también utilizan ya los miembros del Ejecutivo central, que han comprado sin problema el relato de los secesionistas. 

La decisión del Consejo de Ministros despeja el horizonte para concretar citas pendientes como la reunión en Moncloa de Sánchez y del líder de la Generalitat, Pere Aragonès, y la vuelta de sus respectivos gobiernos a la mesa de diálogo. Ahora falta ponerles fecha. Moncloa da por descontado que no va a ser fácil normalizar la situación, pero cree que el camino se ha iniciado y sugiere que hay muchas conversaciones fuera de los focos que les hacen ser optimistas sobre la actitud del Govern y pese a la presión de Junts a ERC.

Aunque en el Gabinete central son optimistas, minutos después de que se oficializasen los indultos, Aragonès agradeció el gesto volviendo a poner sobre la mesa los verdaderos objetivos de los independentistas. «Es la hora de la amnistía y el derecho a la autodeterminación. Es la hora de un referéndum acordado. Es la hora de la solución que genera más consenso interno, que asegura el aval internacional y que garantiza una cohesión social irrenunciable», remarcó.

 

Coste político

Pero, más allá de esa relación entre ambos Gabinetes, los indultos suponen también, en medio de las dificultades de un mandato condicionado por la fragmentación del Congreso, una especie de seguro para que Sánchez pueda seguir contando con el respaldo de ERC y, en consecuencia, para la estabilidad del Gobierno de coalición y para su objetivo de agotar la legislatura.

Moncloa asume que la medida de gracia para los nueve dirigentes del procés puede tener un coste político a corto plazo porque muchos españoles, a pesar de las llamadas a la concordia y la «magnanimidad» realizadas por Sánchez, no entienden la decisión. Se evidenció el domingo 13 de junio en la madrileña plaza de Colón cuando miles de ciudadanos se echaron a la calle para protestar contra la decisión. Pero en el seno del Gobierno existe el convencimiento de que la evolución de los acontecimientos, con una rebaja de la tensión y una paulatina vuelta a la normalidad en la relación entre el Gobierno central y el autonómico y, en general, entre Cataluña y el resto de España, hará que muchos de quienes hoy se oponen a los indultos reconozcan finalmente que fue una medida acertada.

Desde el Ejecutivo se asegura que, antes incluso de la aprobación de la medida de gracia, «ya se había comenzado a mover algo», en referencia a las voces que desde el ámbito empresarial, e incluso desde la Iglesia, han ido avanzando su respaldo a una medida que se daba por hecha. «Llegarán más apoyos», afirman fuentes del Gabinete. 

Se trata de un proceso que necesita de tiempo, y de ahí que Sánchez considere esencial alejar al máximo posible las elecciones generales. Y eso pasa por seguir manteniendo los apoyos parlamentarios con los que actualmente goza el Gobierno de coalición, y en esa tesitura ERC es un factor esencial.

Asimismo, en las filas socialistas están convencidos de que el Partido Popular no podrá sostener en Cataluña todo su discurso de oposición durante lo que resta de legislatura. Van incluso más allá y subrayan que perseverar en esa actitud pasará factura electoral a la formación de Pablo Casado, pese a que por vez primera en mucho tiempo haya algunas encuestas que sitúan al PP en primer lugar en la preferencia de voto de los ciudadanos.

 

Cambios

Los indultos son, sin duda, un hito de la legislatura, y una vez adoptada la decisión, Sánchez puede repensar la necesidad de una remodelación de su Gobierno para intentar tomar impulso ante la nueva etapa que se abre.

Aunque Moncloa hizo público un comunicado negando una hipotética crisis en el Ejecutivo, el propio presidente explicó que los cambios en su equipo no son prioritarios. Pero no los descartó de forma tajante, y la pregunta es cuándo los elevará a categoría de prioridad en su agenda, una vez pasada la página de Cataluña.