Feminismo: "La revolución más grande de la historia"

Agencias
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Isabel Allende presenta su libro 'Mujeres del alma mía', que define como un ejercicio de memoria

La escritora chilena confiesa que recibió agresiones por defender el feminismo, pero siempre mantuvo viva su lucha. - Foto: ELVIS GONZALEZ

La escritora Isabel Allende, que acaba de publicar Mujeres del alma mía (Plaza & Janés), afirmó ayer sentirse «espantada» con los resultados de las elecciones de Estados Unidos al ver que «casi la mitad» del país norteamericano ha votado por «el neoautoritarismo» del candidato y actual presidente Donald Trump.

En el plano literario, Plaza & Janés publicó ayer el libro simultáneamente en España y Latinoamérica. Mujeres del alma mía que Allende califico de ejercicio de memoria y ensayo personal sobre su relación con el feminismo en el que surgen nombres como los de Virginia Woolf o Margaret Atwood, así como su «añorada» madre Panchita.

«Me escribí con mi madre durante décadas y guardaba copias de las cartas -mi hijo las ha digitalizado y calculo que hay 24.000-. Imagina la falta que me hace no poder escribir a mi mamá, ahora todos los días me parecen iguales: la vida vuela sin que quede registro de nada, los días y las noches se vuelven uno solo y la echo de menos», lamentó.

Para la creadora chilena, el feminismo es «la revolución más grande e importante» de la Historia, porque «implica a la mitad de la humanidad y es una revolución de valores y forma de vida que va mucho más allá del genero: es una postura de la vida y es irreversible». A pesar de que este movimiento tenga «culatazos de retroceso», el impulso de los jóvenes le está dando «una nueva vida».

La autora de La casa de los espíritus confesó que sus primeros acercamientos al feminismo no fueron «nada difíciles», aunque su madre le alertaba de que debía de «tener cuidado». «Es cierto que recibí agresiones, como nos pasó a todas las mujeres que teníamos algo que decir, pero por cada cachetada que recibí pude dar dos».

También aseguró que le gustaría usar el lenguaje inclusivo con su nieta, a pesar de que reconoce que le está costando. «En inglés es mucho más fácil, porque los adjetivos y sustantivos no tienen género y no existe él y ella. Aún no he podido practicar el lenguaje inclusivo en español, pero por ahí se empieza».