El paro baja en Toledo pero hay 7.819 trabajadores en ERTE

F. J. R.
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El descenso está liderado por la agricultura y por el sector servicios. El desempleo disminuye en Toledo capital (5.664 parados) y en Talavera de la Reina (10.681)

El paro baja en Toledo pero hay 7.819 trabajadores en ERTE

Toledo nada contracorriente. La provincia se resiste a seguir con la tónica general de aumento del desempleo y, a pesar de que sí que sufrió duramente el envite del coronavirus en el sector económico en los primeros meses de la pandemia, ha sabido recomponerse y plantar cara a la crisis.

El hecho de que la industria agroalimentaria sea un puntal en la provincia sin duda está ayudando a que la destrucción de puestos de trabajo no sea tan acusada en Toledo como en otras provincias españolas, aunque hay excepciones. El adelanto de la temporada de vendimia ha sido clave para que agosto se cierre con buenos datos, pero también lo ha sido un descenso en el número de parados del sector servicios por intentar salvar una temporada de verano tremendamente complicada.

Aunque el turismo y la hostelería son dos de los grandes castigados en la pandemia, ese efecto tampoco se ha dejado notar en la capital de Castilla-La Mancha. La ciudad de Toledo cierra el último mes con una bajada en el número de parados, pasando de 5.709 en julio a los 5.664 que ayer reflejaban los datos recogidos por el Gobierno regional para el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

En el otro gran núcleo urbano de la provincia sucede lo mismo. Talavera de la Reina también resta parados a las filas del desempleo, pasando de 10.699 en julio a los 10.681 con los que echa el cierre a agosto.

Por ello, con el ejemplo de esas dos ciudades y el empuje del campo, no es de extrañar que la provincia termine agosto con un total de 67.493 parados, 361 menos que hace 31 días, lo que se traduce en una bajada del 0,53% en el desempleo.

El dato es importante a tenor de las circunstancias, pero si se compara con el mismo periodo de hace un año se obtiene una radiografía más acertada de la situación. Y es que, en un año, Toledo ha pasado a contar con 8.370 desempleados más. Un incremento del paro del 14,16% en tasa interanual que contrasta mejor con la actual coyuntura sanitaria y económica.

En lo que respecta a Castilla-La Mancha, el paro bajó en Toledo y Ciudad Real, mientras que subió en el resto. Albacete es la provincia con un mayor ascenso en el número de parados, con 213 más -aumento del 0,60%- hasta llegar a los 35.760; seguida de Cuenca con aumento de 91 desempleados -un 0,67% más-, hasta un total de 13.666, y Guadalajara, con 37 más -con un aumento del 0,20%-, que hace un total de 18.105.

Además, el desempleo sigue castigando más a las mujeres que a los hombres en la provincia de Toledo, tal y como evidencia que el número de mujeres en las listas del paro (42.632)  dobla al de hombres (24.861). Por contra, entre los jóvenes la brecha se invierte, aunque no en las mismas proporciones, y hay un total de 3.005 hombres en paro por 2.887 mujeres, lo que arroja un montante de 5.892 parados con menos de 25 años.

Para continuar con el análisis de la situación, de los 67.493 desempleados que hay en la provincia de Toledo, 3.997 proceden del sector agrícola (249 menos), 7.022 del industrial (65 menos), 5.404 de la Construcción (6 más), 45.352 del de Servicios (188 menos) y 5.718 no presentaban empleo anterior (135 más).

El número de nuevos contratos laborales firmados también ha caído a lo largo del último mes, registrándose un total de 13.861, lo que supone 5.475 menos que en julio. De ellos, 1.100 fueron indefinidos (504 menos que hace 31 días) y  12.761 temporales (4.970 menos que en julio).

Por el contrario, lo que sí ha crecido ha sido el número de afiliados a la Seguridad Social en la provincia, llegando hasta los 228.701, lo que supone un aumento de 769 nuevos cotizantes.

Todos los datos de empleo conocidos ayer a través del Ministerio no se verían completos sin saber que actualmente hay aún 7.819 personas inmersas en un Expediente temporal de Regulación de Empleo (ERTE), ya sea por motivos económicos o por la pandemia del coronavirus. Aunque el número de trabajadores en ERTE se ha reducido sensiblemente desde los primeros meses de la alerta sanitaria, aún forman un bloque importante cuyo futuro laboral aún debe definirse y que, por lo tanto, podrían estar en riesgo de engrosar las listas del paro.