La laxitud normativa permite que no se depure en Madrid

J. Monroy
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Existen excepciones en la ley que permiten flexibilizar la obligación de depurar las aguas, si es que ello tiene un «coste desproporcionado», que no se define

La laxitud normativa permite que no se depure en Madrid - Foto: Yolanda Lancha

Si se quiere recuperar el río Tajo, quizás más incluso que el trasvase, es importante lograr que vengan depuradas las aguas de Madrid. Esto es algo que en teoría está obligado por ley, pero en realidad, no tan claramente o con tantas excepciones, a veces por motivos económicos, que a la postre no está siendo así. Así se desprende de los estudios de Antonio Bolinches, Lucía De Stéfano, Javier Paredes-Arquiola y Alberto Garrido, financiada por la Fundación Botín, en sobre la presión que el hombre hace sobre las calidades del agua del río Tajo. Se presentaba ayer en el XICongreso Ibérico de Gestión y Planificación del Agua.

Todo surgió de la tesis doctoral de Bolinches. El equipo comenzó desde ahí a estudiar las razones de la mala calidad de las aguas del Tajo en general, pero muy en particular en el tramo entre Aranjuez y Toledo. Por medio de simulaciones matemáticas, estudiaron la influencia del trasvase, la agricultura o las grandes depuradoras de Madrid. Las grandes conclusiones de aquel primer estudio, hace más de una año, fueron que «el trasvase tenía un efecto muy limitado, solo regulando el trasvase no se lograría llegar al buen estado de las aguas, y que todo pasaba por mejorar la depuración de las aguas de Madrid».

El problema, apunta Bolinches, es que existen muchas soluciones que ya están recogidas en la legislación actual, «pero no las define con suficiente detalle». Existen demasiadas excepciones en la regulación que a la postre «hacen que no sea tan fácil poner el dedo acusador».

Científicamente, se puede, por lo tanto, acusar a las depuradoras como causas de los problemas de calidad del Tajo, pero no legalmente.

Problema económico. El problema, explica Bolinches, es que según la legislación actual, hay excepciones que flexibilizan la obligación de depurar, si es que sale demasiado caro. Esa flexibilización, apunta, no está bien definida. En su estudio han intentado compararla con otras demarcaciones de Europa, para constatar que ni la legislación europea, como la española, «no están maduras», no están lo suficientemente claras.

A partir de ahí, el equipo ha propuesto métodos. Su primera conclusión es que hay que mejorar la depuración de Madrid. Además, apuntan que la ley permite unas excepciones que no están bien definidas para flexibilizar esa depuración.

¿El problema es, pues económico? Lo Bolinches reconoce que, efectivamente, costaría mucho dinero depurar todo, pero también es verdad que la Comunidad de Madrid tiene mucha capacidad económica, el problema es definir cuál es el «coste desproporcionado» del que habla la legislación.

Gestión de Entrepeñas. Existe una relación entre la gestión de los embalses de Entrepeñas y Buendía y la despoblación de los municipios de su entorno, según el estudio de Beatriz Larraz, Enrique San Martín y Nuria Hernández-Mora. La gestión de estos embalses está prácticamente volcada en el trasvase, lo que genera una muy baja actividad económica y una baja renta per capita, que abocan a la despoblación. Compararon esta situación con la del embalse madrileño de San Juan, con usos recreativos, lo que consigue un gran desarrollo en pueblos ribereños.

Proyectos hidroeléctricos. Domingo Baeza y Beatriz Larraz han abordado este lunes las consecuencias de los proyectos hidroeléctricos en la cuenca del Tajo. Han estudiado los caudales en tres tramos, tras centrales  hidroeléctricas y han fundamentado la necesidad de gestionar de otra manera la salida de agua de las centrales. Porque «realmente, la energía del Tajo es el 1,85% de la producción eléctrica de España, con lo que, teniendo en cuenta la cantidad de perjuicios que genera para la cuenca, porque degenera muchísimo todos los hábitats, parece necesario definir todos los caudales ecológicos de una vez, como marcan las sentencias del Supremo». Se tendrá que incluir en el nuevo Plan Hidrológico.

Redefinir los excedentes. Las reglas de explotación de trasvase se traducen en un mala explotación del embalse de Entrepeñas y Buendía. Básicamente, apuntó ayer Antonio de Lucas Sepúlveda, hay una definición legal problemática de los excedentes del Tajo. Se trata de una definición defectuosa, que no tiene en cuenta los problemas del Tajo. Además, por sí misma no determina cuánta agua se puede trasvasar cada mes.

 Existe, continuó De Lucas, una excepcionalidad hidrológica continua, los embalses están bajos y se saca más porque no funcional bien las leyes de explotación. La respuesta, explicó, es algo tan obvio como «una buena definición de excedentes dentro del Plan de Cuenca del Tajo, como decía la ley de 1980».

Una segunda medida, mitigadora, más allá del Tajo, es una buena gestión de Entrepeñas y Buendía, cambiando las reglas de explotación. Para De Lucas Sepúlveda, es insuficiente el cambio que ahora está impulsando el Ministerio a través de Cédex, reduce la excepcionalidad hidrológica, pero no la minimiza, como sí haría la propuesta del Grupo de Investigación por el Tajo.

De Lucas también explicó junto a Irene de Bustamante Gutiérrez que la gestión de Entrepeñas y Buendía supone un mal ejemplo de adaptación al cambio climático.

El Congreso. El XICongreso Ibérico de Gestión y Planificación del agua se está desarrollando por vía telemática. Se centra, destaca su organizadora, Lucía De Stéfano (UCM) en «pasar del diagnóstico a la acción». En los diez congresos anteriores, se estudiaron los problemas y ahora aborda la actuación en unos cauces tan degradados, que es imprescindible revertir su situación, y cambiar el estado de las aguas en la península, como manda la Directiva Marco del Agua. Se está desarrollando en cuatro grandes áreas temáticas, como son la transición hídrica justa (busca una gestión del agua distinta, que respete el medio ambiente y también respete las necesidades de la sociedad); gobernanza, educación y comunicación (comunicar e intercambiar ideas dentro de este cambio, así como incidir en la educación); planificación hidrológica (está empezando el tercer ciclo de planificación hidrológica, con un nuevo plan de demarcación); y soluciones basadas en la naturaleza (hace hincapié en que la naturaleza tiene capacidad de recuperarse sola). Dentro de este Congreso, el Comité Organizador decidió hacer una sesión especial este lunes dedicado al río más largo de la península, uno de los que está en peor estado de Europa. Fue aprovechando que, inicialmente, el Congreso iba a ser en Madrid, que es dentro de su cuenca, y por empeño personal de Beatriz Larraz. El Ayuntamiento de Toledo ha financiado parte del Congreso, con la intención de que se investiguen las soluciones en torno al río.