El Comité de las Regiones ha publicado un intenso barómetro en el que analiza la gestión del coronavirus a lo largo de todos los territorios europeos, y en un extenso informe de casi 150 páginas dedica cuatro menciones expresas a Castilla-La Mancha.
Según el barómetro, consultado por Europa Press, hay varias regiones que han tomado medidas para mejorar sus sistemas sanitarios. En este punto destaca, por ejemplo, a las regiones italianas de Lombardía y Piamonte, a la región rumana de Sibiu y a Castilla-La Mancha.
«Varias regiones han tomado medidas para aumentar la capacidad de sus sistemas de salud. Algunas medidas puede verse como algo temporal, como instalar tiendas de campaña, reorganizar las instalaciones de salud para separar a los pacientes de COVID?19 de otros o transformar edificios públicos en alojamiento para trabajadores sanitarios y pacientes. Otras medidas son más permanentes y pueden impulsar la resiliencia de los sistemas de salud locales/regionales a largo plazo. Estos incluyen la adquisición de unidades de cuidados intensivos (UCIs), respiradores y otros equipos, la introducción de nuevas instalaciones de tratamiento y prueba, y nuevas soluciones digitales sanitarias», señala el informe que añade que tanto Castilla-La Mancha como as dos otras regiones mencionadas «aumentaron significativamente sus UCIs y sus capacidades para prestar servicios de cuidados intensivos».
Del reparto de mascarillas, esta institución europea resalta que Castilla-La Mancha, a fecha de junio, había procedido a la distribución de más de 830.000 unidades de forma gratuita entre la población.
En el apartado de residencias de mayores, destaca el texto que «muchas regiones comprendieron la necesidad de proporcionar asistencia especial» en estos recurso s «para proteger a sus residentes de alto riesgo».
De la región castellanomanchega, pone en valor que gestiona 344 con 15.000 empleados y 26.000 residentes, destaca el plan de contingencia diseñado al principio de la pandemia para la atención de
personas afectadas por COVID?19 en residencias de ancianos si no cumplían con los criterios médicos para su admisión en el hospital. Además cita una inversión adicional de 19 millones de euros para contener la expansión del virus.
La última mención de Castilla-La Mancha aparece en el apartado de test diagnósticos, acentuando el trabajo realizado para ser una de las primeras regiones junto a Bruselas en ponerlos en marcha.