El Efecto de la Isla de Calor Urbana (ICU) es un fenómeno por desgracia muy común en las ciudades. Se basa en que los núcleos urbanos experimentan temperaturas más altas que en sus alrededores, que se traducen principalmente en noches sin viento y, por lo tanto, sin posibilidad de aprovechar la bajada de temperatura nocturna.

Las ICU se forman por el calentamiento del cemento, hormigón o asfalto, algo que se produce principalmente por la ausencia de sombras en las calles, derivada a su vez de la falta de árboles.

Todos los toledanos sufren en los meses de calor estos efectos, agravados en mayor o menor medida por el aumento de la temperatura.

¿Qué calle te parece más atractiva y saludable?Por eso, no es de extrañar que este pasado fin de semana se haya producido uno de esos episodios de Isla de Calor Urbana en la ciudad y que muchos señalen a la falta de árboles en las calles como una de las principales causas.

Eduardo Sánchez Butragueño, director de la Real Fundación Toledo, autor del blog de fotografía histórica ‘Toledo Olvidado’, licenciado en Ciencias Ambientales e Ingeniero Técnico Agrícola, se ha encargado este fin de semana de denunciar esta situación en las principales redes sociales.

«En días como hoy me pregunto en cuál de las 2 calles preferiríais vivir. ¿La arbolada o el infierno de asfalto y cemento? Os recuerdo que la temperatura oficial se mide a la sombra. Una calle estará hoy a 42º, la otra superará los 60 o 70º. Necesitamos miles de árboles más», afirmó en su cuenta de twitter @Toledo_Olvidado mientras comparaba dos fotografías muy diferentes. En una se podía ver la calle Alemania, en el barrio de Buenavista, plagada de frondosos árboles en ambas aceras, y en la otra una calle de la urbanización de La Legua, con sus aceras vacías de toda vegetación.

Butragueño vinculaba ese nuevo mensaje a otro que lanzó en septiembre de 2020 con esas mismas imágenes: «Dos calles de Toledo trazadas en las últimas décadas. Misma tipología de vivienda. Imagina que buscas casa y entras en Google Maps. ¿Qué calle te parece más atractiva y saludable? ¿En cuál de las dos buscarías ofertas antes?».

Su mensaje en twitter ha sido visto por más de 40.000 personas, en facebook ha tenido 21.000 lecturas, 3.000 en Linkedin y otras 35.000 en Instagram. En total, más de 100.000 personas a las que ha llegado su mensaje y que han reaccionado a su pregunta con una más que evidente contestación.

Y es que, Butragueño apuesta por la mitigación del calor de las ciudades pavimentadas con árboles. «Te das cuenta de que en Toledo hay un problema, y aunque no es del actual equipo de Gobierno, porque viene heradado de hace muchos años, es una situación que ellos pueden arreglar», afirma Butragueño, que defiende la plantación de árboles por cuestiones «ambientales, estéticas y de bienestar».

«Parece mentira que La Legua sea uno de los barrios más jóvenes de la ciudad, creado en la década de los 90, y a la vez uno de los más inhóspitos para vivir», se lamenta este toledano, que ve como ese modelo se sigue repitiendo hoy en día.

Por ello, junto a muchas de esas 100.000 personas que han reaccionado a su comentario en redes sociales, Butragueño espera que se planten más árboles en las calles de Toledo, «especies adaptadas y autóctonas». «Al menos que se planten árboles en todos los alcorques vacíos de la ciudad, en las nuevas calles de La Legua y que se ponga encima de la mesa un plan de renovación de los parques», analiza sobre una situación que incide en valor económico de los barrios, puesto que no vale lo mismo una casa en una zona arbolada que otra, ni tampoco es igual el nivel de estrés de sus vecinos y la calidad de su sueño, un problema que repercute en la calidad de vida y que puede incluso derivar en trastornos.

La ausencia de un Plan de Arbolado en la ciudad es otro de los puntos que favorece este tipo de urbanismo tan poco medioambiental, así como el hecho de que «desde 1994 no se haya inaugurado ningún gran parque en la ciudad». Elementos todos que se traducen en un incremento de Islas de Calor Urbana en días en los que los termómetros pueden llegar a 44 grados a la sombra, pero con temperaturas que superan los 60 grados en calles sin ningún árbol.