Los sindicatos FESP-UGT, CCOO, USICAM, USAE, CEMS, SIMAP-CLM TOLEDO, CSIF y SATSE denunciaron ayer la situación que vivivieron los profesionales de las urgencias del Complejo Hospitalario de Toledo durante el pasado puentes del Corpus, «con pacientes oncológicos esperando ser ingresados durante 48 horas y una media de sesenta pacientes pendientes de ingreso». Es una situación insostenible e indigna de un servicio de salud», subrayan al unísono los sindicatos que aseguran que ya no recuerdan «cuántas veces en este año hemos vivido esta misma situación».
Tanto los profesionales sanitarios como lo no sanitarios no pueden más. Están agotados física y mentalmente, y nuestros dirigentes no hacen nada. No se puede consentir que se estén haciendo las cosas de igual manera que en la primera ola de la pandemia», señala el duro comunicado que concluye que «cuando se actúa de la misma manera se obtienen los mismos resultados y esto es lo que está pasando».
reunión con la gerencia. Además explican que mantuvieron una reunión con la Gerencia del Complejo Hospitalario de Toledo en la que los sindicatos preguntó expresamente qué tenían previsto hacer de aquí en adelante para normalizar la situación. «La contestación fue que se haría lo mismo que en otras ocasiones. Así que de ahí el resultado», exponen.
El comunicado también desvela que el pasado viernes los representantes de los trabajadores intentaron hablar con la Gerencia del Compelo y no fueron recibidos. «Continuamos con la ausencia de explicaciones que se viene demandando durante este año», denuncian.
Por todos estos motivos, exigen tanto al presidente de Castilla-La Mancha,Emiliano García-Page, como al consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, que trabajen para que el Sescam «sea un verdadero servicio del sistema Nacional de Salud y no un parcheo constante sujeto a la ocurrencia de cada uno».
Asimismo, los sindicatos con representación en el Complejo Hospitalario, del que dependen el Virgen de la Salud, el Hospital Provincial y el Virgen del Valle, exigen nuevamente que «el reconocimiento se materialice en hechos y que cada aplauso sea una decisión real y efectiva en beneficio de los trabajadores y no una piedra más en el camino».