El Ayuntamiento de Toledo está en conversaciones con comunidad autónoma para intentar acceder a una línea de financiación europea destinada a la estación de autobuses y poder arreglar sus escaleras mecánicas. Fuentes del equipo de Gobierno reconocen la necesidad de abordar esta inversión, porque «consideramos que lo importante es prestar los servicios en las mejores condiciones y que las infraestructuras funcionen correctamente». En este caso, entienden que la mejor manera para abordar la inversión necesaria es la cooperación y colaboración entre administraciones.

Hay que recordar que el edificio de la estación de autobuses pertenece a la Junta de Comunidades, pero su gestión es del Ayuntamiento, algo que en el pasado supuso enfrentamientos entre ambas administraciones. Hoy la Junta confía en que el Ayuntamiento, como responsable, va a saber encontrar un arreglo para este problema, que viene ya de largo, dado que las dos escaleras de la estación son muy antiguas, están descatalogadas y ya no quedan repuestos. La solución definitiva puede rondar el cuarto de millóñn de euros.

Una solución cara. Estos días hace frío en la estación de autobuses de Toledo. Justo con la llegada del mal tiempo, se nota con fuerza el aire acondicionado, arreglado hace poco, como las goteras que provocó Filomena.

Hace meses, las carencias en la iluminación y los problemas con el sistema de aire acondicionado y calefacción era una queja reiterada de los usuarios. Ambos se han solucionado, aunque hay voces que avisan de que los seis nuevos compresores del aire pueden volver a estropearse, dado que no cogen el aire del exterior, sino de la zona de dársenas. También hay ya solución para las goteras que provocó Filomena a partir del agua acumulada en las instancias superiores.

Donde no llega la solución, de momento, es a las escaleras mecánicas. Se trata de dos infraestructuras descatalogadas ya, para las que no quedan repuestos. Comprar dos escaleras nuevas costaría 240.000 euros, más la retirada de las actuales y la instalación de las nuevas.

De forma que, hasta el momento, la concesionaria ha podido estar consiguiendo repuestos a partir de las escaleras retiradas del Metro de Madrid. Pero todo tiene su fin y ya tampoco quedan allí infraestructuras de este tipo.

La última solución ha sido cerrar una de las dos escaleras mecánicas de la estación de Toledo, la que tenía más uso, porque venía de los autobuses de Madrid, para coger de allí las piezas necesarias para la otra. Los usuarios pueden subir y bajar (solo de dos en dos) con sus maletas por el ascensor, o subir por la escalera que todavía funciona con las piezas propias y de la otra. Sin embargo, los usuarios mucho temen que no durará mucho más. El Ayuntamiento está a la espera de esta ayuda europea para dar por fin solución a este problema.