«Las grandes empresas buscan directivos con Humanidades»

F. J. R.
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«El Circo Romano de Toledo tiene una monumentalidad, unas dimensiones y una arquitectura que lo hacen excepcional»

«Las grandes empresas buscan directivos con Humanidades» - Foto: Yolanda Lancha

La decana de la Facultad de Humanidades de Toledo, Rebeca Rubio, ha resultado reelegida en su cargo con el 87% de los votos. Un amplio respaldo que la permite afrontar esta nueva andadura con ilusiones renovadas.

Enhorabuena por la reelección, ¿qué se siente al obtener tanto respaldo de su propia comunidad educativa?

Es una gran satisfacción, porque es revalidar el apoyo y el consenso mayoritario de lo que son estudiantes, personal y profesorado. Algo que también es extensivo al equipo que me acompaña tanto en mandato anterior como en el que empezamos ahora, que va a ser el mismo. Son profesores de la Facultad como Rafa Villena, vicedecano, Ángela Celis, vicedecana, y Julio de la Cueva, secretario académico.

¿Qué objetivos se marca para esta nueva andadura?

Sobre todo dar continuidad o intensificar alguna de las líneas de actuación que ya veníamos desarrollando. Principalmente, aquellas que consideramos que han ido resultando más positivas. Como por ejemplo, todo lo relativo a la proyección externa de la Facultad y su conexión con el entorno social y la ciudadanía.

Consideramos que eso nos permite consolidarnos y darnos más a conocer, y supone que sigan las buenas perspectivas que tenemos estos años de aumentar el número de estudiantes. Pero también es porque, como somos un centro muy activo, nos gusta abrir todas nuestras actividades. No somos sólo para estudiantes, nos abrimos a la ciudadanía. Por eso vamos sumando cada vez más seminarios, exposiciones, conferencias… y eso también se convierte en una plataforma para visibilizar todo lo que venimos haciendo y conectar con el entorno en el que nos desarrollamos.

Hay una corriente de pensamiento actual que apuesta por las Humanidades como base para desarrollar otras actividades laborales y de conocimiento, ¿lo comparte?

Totalmente. Comparto por completo ese planteamiento que, en buena medida, implica que los que sean especialistas en otras disciplinas, si son conocedores además de materias humanísticas, pues mejoran muchos aspectos de su propio pensamiento, de su manera de concebir y platear soluciones. Ahí hay un filón importante, que creo que se está desarrollando más en otros países, pero que llegará aquí.

También es cierto que, en paralelo, y por influencia también del ámbito internacional --porque lo impulsan las grandes empresas de innovación, como Google--, se busca entre los directivos perfiles con Humanidades. Por el pensamiento crítico, la capacidad de adaptación, la manera de empatizar y de contar con esa flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones. Todo eso es bastante acorde con lo que es una formación humanística. Y máxime si es cómo en nuestro título, que es una formación muy interdisciplinar. Te aporta un bagaje cultural pero también una forma de pensar y analizar que hoy en día es muy importante.

Hace poco, por ejemplo, salió un artículo en el que se señala que en el horizonte de la inteligencia artificial cobran especial sentido esos estudios y esos conocimientos humanísticos para redimensionar todo lo que se nos avecina frente a esa perspectiva tan robotizada futura.

 

Precisamente es eso, dar alma a un mundo ‘deshumanizado’.

Exacto. Dar esa perspectiva, esa proyección humana, pero de humanística. Eso, efectivamente, es crucial y lo vamos a ir viendo en breve.

De hecho otro de los objetivos que nos marcamos es incorporar más competencias relacionadas con innovación y tecnologías aplicadas a las humanidades con esa vertiente actual y digital. Desde hace años tenemos esas competencias digitales incorporadas a nuestro Máster de Patrimonio Histórico, porque nos parecía esencial, pero nuestra idea es incorporarlas paulatinamente a los temarios en las diferentes disciplinas, o incluso hacer usos complementarios para nuestros estudiantes del grado de Humanidades y Patrimonio de cara a que cuando terminen sus estudios cuenten con una serie de herramientas y competencias complementarias necesarias para lo que es inminente, o ya está con nosotros, de esta era digital. Existe la necesidad de dominar muchas tecnologías para poder desenvolverse en ese nuevo mundo.

 

En ese nuevo mundo tenemos ya la pandemia que nos ha cambiado a todos, ¿cómo ha afectado el coronavirus a la Facultad de Humanidades de Toledo?

Tuvimos la ventaja de poder acometer de una forma bastante acelerada una serie de reformas en las aulas en el mes de agosto. Cambiar el mobiliario para adecuarlo a la distancia de seguridad y para aumentar la capacidad. Todo esto propiciado desde el Rectorado. Y, bueno, eso ha significado el poder arrancar el curso con toda una serie de medidas de seguridad que al final ha supuesto que hayamos podido desarrollar todas nuestras asignaturas y cursos de forma presencial. Son grupos de no mas de 50 alumnos en esas aulas ampliadas, y hemos funcionado con un curso sin incidencias, sin un solo contagio en las aulas o en el centro. Sí algún contagio externo, pero todo ello se ha llevado con medidas y protocolos. Nosotros mismos pensábamos que no íbamos a poder seguir así todo el curso, pero finalmente sí hemos podido avanzar con esa presencialidad segura a la que aspirábamos.

¿Qué retos tiene que acometer la UCLM de forma urgente y, más concretamente, la facultad que usted dirige?

La UCLM tiene que seguir por los derroteros que viene actuando últimamente: muy centrada en la educación de calidad, de excelencia, y en la internacionalización. Además, está el tema de la divulgación, de las transferencias, el poder llevar a la sociedad todos los resultados que tenemos. Es una meta que tenemos que multiplicar, tanto nosotros como la universidad al completo.

También está la inserción laboral, que es un objetivo general de la UCLM. Ahora estos días se va a celebrar el Foro de Empleo. Estos años son un poco adversos en ese sentido, pero estamos seguros de la capacidad de inserción laboral y profesional de nuestros egresados. Precisamente por esa multidisciplinaridad con la que cuentan en su formación, porque tenemos un especial empeño en todas las prácticas externas que realizan y que les dan un bagaje, una experiencia, que venimos comprobando cómo les facilita el encontrar luego un empleo relacionado con alguna de las múltiples materias que han estado estudiando durante la carrera. Desde un museo, la arqueología, archivos, la enseñanza secundaria, investigación, gestión cultural y del patrimonio… y eso desde luego consideramos que hay que seguir potenciándolo.

Ser decana de Humanidades en una ciudad como Toledo es una responsabilidad extra, si cabe.

Sí. Yo por lo menos lo concibo así. Estamos en una ciudad Patrimonio de la Humanidad y es crucial el implicarse con ella, con el patrimonio tan excepcional que tiene. Y por eso es uno de los temas que más nos mueve. Lo asumimos como tal, el equipo y yo misma, enlazando además con la necesidad de conectarnos y dar todo aquello que tenga interés para los ciudadanos.

En esa línea, ¿cómo va el proyecto de digitalización del Circo Romano?

A través del equipo de investigación ARCYT ( Arqueología Romana de la Ciudad y el Territorio) ya hemos dado a conocer esa colaboración con el Ayuntamiento de Toledo. Hemos conseguido implementar la Fase 1 de esta revalorización del Circo a través de lo digital. Es cierto que nos ha ralentizado el temporal Filomena, con el cierre del Parque Escolar, pero esperamos que en breve se pueda ejecutar la parte que se centra en el hemiciclo, incorporando paneles con reconstrucciones virtuales que son muy visuales y que van a permitir al público general poder comprender mucho mejor como era la arquitectura excepcional de este maravillo Circo Romano que tenemos en Toledo.

Y además con un hito, un elemento de realidad aumentada en el que podremos conectar nuestros dispositivos a una vista de 360 grados de realidad virtual de cómo era el Circo. Sin duda va a ser un antes y un después, porque se va a poder ver y entender cómo eran esos restos arqueológicos que en algunas partes están bien conservados y en otras no. Ahora, al que no es especialista le cuesta imaginar cómo eran esos alzados y cómo se configuraba esa arquitectura en su conjunto. Va a ser algo diferente.

Y luego esperamos que en breve podamos materializar el resto de las zonas, de los paneles que queremos instalar, ya con otro presupuesto en cuanto lo hablemos con el Ayuntamiento.

¿Qué le parece la propuesta de Juan Mera, director de la Escuela de Arquitectura, de reconstruir parcialmente el Circo Romano?

No voy a entrar. Es uno de los mejores Circos que conocemos en el mundo en general, y afectar ese resto arqueológico pues… al contrario, nosotros estamos con el Ayuntamiento viendo todas sus afecciones y los restos que hay que cuidar y consolidar. Yo tengo mi propuesta y es de la que me tengo que ocupar.

Hablando del Circo, ¿tenía o no tenía zona de naumaquia (batallas navales)?

No. Ahí el problema viene de quien se pone a difundir hipótesis desde el desconocimiento. No tiene sentido. Este es un circo que además estaba abierto del fondo, desde las casillas de salida, denominadas carceres. Las naumaquias en una hipótesis que viene de hace muchos años y hay quien está interesado en dar esa versión porque así parece que es más especial el Circo. Y yo creo que eso es erróneo. El Circo de Toledo tiene una monumentalidad, unas dimensiones y una arquitectura que lo hacen excepcional por sí mismo. No necesitamos inventarnos nada.

Y justo al lado del Circo tenemos Vega Baja, ¿qué hacemos con ella?

Es complicado. Ayuntamiento, Junta y Ministerio están ahora con ello y seguro que dan con una solución.

Pero llevarse el nuevo cuartel de la Guardia Civil a La Peraleda puede conllevar otra sorpresa, allí se sabe que estuvo el monasterio de San Ildefonso...

Habrá que hacer las correspondientes prospecciones y, por supuesto, seguimiento arqueológico. Pero por lo menos, desde mi punto de vista, ya no se trata de un punto tan ciertamente crítico como en el que estaba planteado anteriormente. Ya se irá viendo.

En el Casco, hace ya algunos años, está la problemática del cierre de conventos y la pérdida consiguiente de patrimonio, ¿qué se puede hacer al respecto?

Es un problema complejo. Todo depende de si se cuenta con los medios de financiación necesarios. Uno de los mejores ejemplos es lo que se ha hecho con los edificios de la Universidad. El Complejo del antiguo convento de San Pedro Mártir y Madre de Dios son un ejemplo excepcional y maravilloso de cómo se pueden rehabilitar esos edificios y darles un sentido social. Todo pasa por rehabilitar y darles una función cuando no tengan un uso conventual. Y mientras sigan esas comunidades existiendo hay que mantenerlas, y ayudar a que se mantengan, mejorando esos edificios para que no se pierda el patrimonio arquitectónico ni lo que contiene.

¿Hay que evitar que terminen convirtiéndose en hoteles o apartamentos turísticos?

Es un tema complicado. Yo creo que es mejor darles un uso público. Pero todo eso hay que valorarlo en su contexto y momento. Si un convento se va a destruir y perder, pues mejor darle algún tipo de función. Pensemos en los Paradores, por ejemplo.

Pero claro, con unas garantías y unos límites. Hay que mantener la estructura completa y el edificio original, con el seguimiento oportuno de las administraciones para evitar que se destruya patrimonio.

Por último y cambiando de tercio, ¿qué le parece el poco empuje que se ha dado desde las instituciones al 500 aniversario comunero?

Es una pena que no se hayan podido hacer más actividades. Nosotros presentamos el libro de Fernando Martínez, un monográfico sobre la figura de Juan de Padilla, y con esa actividad nos sumamos de forma discreta a la celebración de la efeméride.

Justo antes de la pandemia, comenzamos a organizar un congreso, pero el coronavirus nos ha llevado por otros derroteros.