«En este oficio, o estás en sequía o en la gran remojada»

Marta García
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La actriz Luisa Gavasa recibe el domingo el premio 'Alice Guy' del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA). Acudirá a la gala de clausura que se celebrará en el Palacio de Congresos de Toledo

Luisa Gavasa. - Foto: Foto: Página oficial de Luisa Gavasa.

La risa de Luisa Gavasa es contagiosa, como su vitalidad. Coge el teléfono con voz lejana y prudente por si se le quiere vender un teléfono o convencerla «para que cambie de lavadora». Le pasa a menudo, pero se relaja al saber que se trata de una entrevista. La actriz zaragozana es encantadora. A sus 70 años pisa  suelo por muchos proyectos que tenga en la agenda. No para desde hace meses y tampoco tiene intención de hacerlo a pesar de que reclama más personajes de cine para actrices maduras. «Tenemos mucho que decir y contar porque estamos vivas». La actriz nunca se ha callado, pero tampoco ha pagado peajes por ello aunque lo que diga resulte incómodo. Si en lugar de entrevista fuera un reportaje se titularía Gavasa, una actriz guerrera y con muchas pilas.

El domingo recoges el premio 'Alice Guy' del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA). ¿Qué supone este galardón?

Un honor como mujer y como actriz que pertenece al teatro y al medio audiovisual. También como mujer feminista que lleva toda la vida peleando por los derechos de las mujeres porque así es. Tengo 70 años, nací en plena dictadura, en un momento complejo políticamente hablando, y he tenido que pelear como muchas compañeras, las que siguen aquí y las que ya no están, y reivindicar muchas cosas. También es un orgullo y estoy feliz de recibir el premio de una mujer que fue borrada por la mano masculina, como ha pasado con tantas otras... En España, hay también ejemplos.

Imagino que lo pondrás en la estantería en casa que ya está llena de premios desde hace tiempo.

Sí. El vecino de al lado, que es arquitecto, no para de discurrir dónde va a montar otra estantería en mi casa. Uno más y es especial, aunque todos ellos tienen mucho valor.

En esa estantería habrá hueco para algún premio más. ¿Cuál te gustaría tener y aún no tienes? Quizá no es muy discreto hablarlo.

Me gustaría tener un Forqué. Es una persona con la que he trabajado, a la que yo he querido y respetado mucho. También quiero mucho a su hija Verónica y me gustaría, la verdad. Igual es que todo no se puede tener y no me tiene que llegar. Tampoco en estos momentos tengo películas para optar al premio, primero se tienen que estrenar.

¿Te ves algún día con un Goya de honor?

No. Tengo un Goya que gané por 'La novia', pero no tengo una carrera cinematográfica lo suficientemente amplia y larga para un Goya de honor.

¿Tienes una buena agenda ahora mismo? La pandemia ha castigado mucho a la cultura y al cine desde la primavera de 2020.

Ando bien. Tuve que dejar incluso la obra de teatro de Bernarda Alba  porque no me daba la vida. Tenía un rodaje en Bilbao, otro en Barcelona, en Madrid, hice una película en Zaragoza y llegó un momento que no podía con todo. Tengo 70 años y llegó un momento que el cuerpo no da para más. Lamenté mucho tener que dejarlo porque trabajar con José Carlos Plaza es uno de los mayores regalos de la vida, pero no podía hacer todo y tuve que renunciar a la gira.

No paras.

No paro, no. Paro en diciembre porque termino un corto en Huelva y empezaré el año en blanco, pero lo bueno de este trabajo es que nunca sabes cuando te van a llamar. A veces piensas que el mes siguiente no tienes nada y suena el teléfono. Tampoco me preocupa a estas alturas de la vida y si estoy dos meses sin trabajar no pasa nada. Aun así, me gusta trabajar, rodar, ir de acá para allá, soy muy inquieta.

Entonces no eres de las actrices que se quejan porque con la edad no trabaja tanto.

No. Pero me quejo de que no haya personajes interesantes para mujeres maduras. A nivel personal no me puedo quejar, pero somos pocas de mi edad las que trabajamos porque no hay personajes, salvo que seas la mamá de o la tía de, pero personajes con carne como nos gusta hay muy pocos. Y hay más en el teatro que en el audiovisual.

¿Quién te gustaría que te llamase para una película?

Isabel Coixet o Icíar Bollaín, gente con la que no he trabajado.

Pones el listón alto...

Con la edad y a estas alturas, los listones hay que ponerlos altos (risas).

¿Volverás pronto al teatro?

Me hicieron una oferta pero no pude encajarla con todo lo demás. Este oficio es así, tan pronto estás en la gran sequía como en la gran remojada. Te pueden ofrecer cuatro proyectos a la vez y de pronto no pasa nada, y es algo que nos ocurre a todos. Igual que en verano nos visten de invierno y en invierno de verano, gajes del oficio. He trabajado mucho este 2021 y a ver qué ocurre el año que viene. Aun así, es necesario recalcar que no escriben personajes en audiovisual para mujeres maduras y parece que a partir de los cincuenta no existes y es mentira. Sigues existiendo y las mujeres de mi edad tenemos muchísimo que contar y cosas muy interesantes porque seguimos vivas.

A pesar de que no paras de trabajar, las salas de cine están sufriendo una crisis importante. La recaudación habla de una pérdida de ingresos del 70% en 2021 respecto a 2019, cuando no había pandemia.

Madre mía. Da miedo, claro. Además, están las plataformas digitales que ayudan porque dan mucho trabajo en series, pero a la vez están quitando lugar al cine. El otro día Antonio Banderas dijo que el cine podría ser un animal en peligro de extinción. Un 70% es mucho, pero también cuando entré en el mundo teatro con 22 años estaba en crisis y ahí sigue. Sobrevivimos y saldremos. Ahora estoy con la música.

¿Ahora vas a probar como cantante?

He presentado mi primer disco de canción francesa en Madrid, llamado 'Chanson', y estoy eufórica.

Solo te falta escribir... ¿También lo haces?

Sí, para mí misma, pero no para publicarlo.

¿Por qué a estas alturas la música y no antes?

Siempre había querido cantar en francés y me invitaron en Huelva a presentar 'La novia' en el festival de cine de mujeres Wofest, nos fuimos de bares y les dije que si empezaba a cantar en francés no me dieran ni un vino más. Había un chico encantador, Marcos Walda, que trabajaba en la Diputación, y me preguntó  si me gustaba cantar en francés y le dije que sí, que estaba dispuesta a irme a cantar por los bares para quitarme la espinita. Ysu tío tiene un grupo y allí estoy, con una banda de músicos granadinos estupendos. Ya he hecho bolos y vamos a hacer más, en Huelva, Granada y espero que en Zaragoza también. El caso es tener proyectos y estar viva.

Estábamos hablando de la crisis del cine. Alguna vez te he escuchado pedir que las instituciones apoyen más a la industria. No callas... ¿Siendo tan reivindicativa se pagan peajes?

No me he quedado callada nunca y a estas alturas menos.  No se pagan peajes, al menos a mí no me ha pasado. A lo mejor en el franquismo sí se pagaban, pero hoy en día estamos en una democracia y  se pueden decir y cuestionar las cosas dentro de unas formas sin que caiga la mano negra. Nunca me han vetado. Afortunadamente, hoy podemos decir lo que pensamos.

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