Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Lo que no es Putin

02/04/2022

Permítanme cambiar de tema para volver al que nos ocupaba todas las horas del día hace apenas unos meses. El avance del Covid en China ha quedado totalmente eclipsado por la guerra de Ucrania y, en el ámbito doméstico, por la crisis marroquí y la reconfiguración del PP con Feijóo. En otros tiempos más tranquilos, habría sido la noticia de la semana. Por las implicaciones que tiene para la economía global y las cadenas de valor, pero también por las imágenes que están llegando de ciudades como Shanghái, desde las que nos han estado sermoneando durante dos años con la eficacia del sistema asiático.
La estrategia cero Covid se está disolviendo, pero no parece que el Partido Comunista Chino (PCCh) vaya a dar su brazo a torcer. Supondría admitir que ha sido un error la idea sobre la que han orquestado toda su política doméstica en los últimos 24 meses. Y dejaría a la vista las costuras de un sistema sanitario que no tiene mucho que ver con el del mundo occidental. Hay regiones de China donde la comparación más exacta al respecto no se hace con Latinoamérica, sino la del sur de África.
La suma de todo lo anterior, unida a la necesidad de Pekín de mantener una excusa para la fase en la que está entrando su economía en esta nueva etapa, llevan a pensar que no habrá un giro de timón. A nadie le interesa, por otra parte, que la política china entre en una fase de volatilidad en la que podrían buscar motivos para distraer la atención y ocultar sus problemas. El contrato social está sustentado sobre la expectativa del crecimiento continuado. Si falla eso, la segunda potencia mundial puede convertirse en lo que no ha sido desde hace siglos: un dragón impredecible.