Pasado ya un día de la Primavera, apenas después de la llegada de la estación, es la explosión de la brotación en la mayoría de las frutas en los árboles y del crecimiento incesante de los cereales, como el trigo, la cebada o la avena, en las grandes extensiones de las tierras de secano. También en la primavera es cuando comienza la resurrección de las vides, es decir que vuelve a la vida realmente, porque quizá sea la única planta que está ‘muerta’ en su parte aérea desde la superficie, durante los tiempos del duro invierno, me refiero a la parte aérea, la parte que sale desde el suelo hacia arriba, porque en sus raíces sigue viva, protegiéndose en la parte subterránea o enterrada de los rigores del invierno.
Porque, los demás árboles frutales, siguen activos y por tanto están vivos en todo el conjunto de la planta, desde sus raíces al último extremo de sus ramas, durante todas las estaciones del año, incluido el duro invierno. Previo a este tiempo de la primavera, se ha roturado el campo para que esté todo preparado en las vides, sin hierbas. Y estas también, estén totalmente podadas, aunque en muchos casos, se mantienen las podas en esta época del año, pasado ya el invierno.
Dado que existen ciertas teorías, de si es mejor mantener las ramas en el invierno porque así están más protegidas las plantas. Pero se puede correr el riesgo de hacer esta práctica, y que las vides por circunstancias especiales comiencen a brotar, soltando sus características lágrimas, siendo este momento, si se realizan cortes en la vid, un sufrimiento innecesario para la planta. A saber, el acto de la poda según la cultura que sea, en la planta se le suele dejar tres o cuatro inicios de rama, y hasta cinco según las necesidades del viticultor, como digo dejando limpio el campo, bien arado y cuidado. En cuanto a las bodegas, el tiempo de Primavera, es que se siguen haciendo los vinos, muchos destinados en la crianza de la madera, en su mayoría tintos, aunque ya hay algunos avezados que meten en madera a los blancos; Y los vinos ya terminados y estabilizados, en muchos casos hace meses, los vinos jóvenes, los de la cosecha, tanto blancos, rosados o tintos, van a la botella y al mercado ya. Es la primavera el mejor momento del año para el disfrute de los vinos frescos, por ello en primavera vino.