José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


Limpiar la injusticia

10/01/2023

La reforma laboral, junto con el crecimiento económico tras la pandemia, ha incentivado un aumento indiscutible y sustancial de la contratación estable como se evidencia en los datos del paro, el empleo y la ocupación del pasado año 2022.
No obstante, aunque la actual regulación ha permitido acotar uno de los elementos más precarios del mundo del trabajo como la temporalidad injustificada, existen otras cuestiones que urge abordar como la mejora de los salarios, que a pesar del impulso dado al convenio sectorial y a la prórroga de los convenios colectivos, junto con los incrementos del salario mínimo, han encontrado la resistencia de la patronal. Esta negativa de la patronal no se justifica en la mayoría de las ocasiones por los resultados económicos de las empresas, muchas de ellas con sustanciales beneficios, sino por una postura dogmática que les impide por 'principios' incrementar los salarios y recuperar cláusulas que garanticen, de algún modo, el poder adquisitivo de los trabajadores, en un momento tan complejo como el actual, con un aumento importante de los precios.
Como consecuencia de esta posición inamovible y obstinada del empresariado, en la mayoría de las mesas de negociación se avoca de manera irremediable a los diferentes conflictos laborales. Un ejemplo de ello, es la huelga que comienza hoy, día 10 de enero, y que tiene previsión de desarrollarse en diferentes jornadas, por parte de las plantillas de la limpieza de edificios y locales de la Región y, por consiguiente, también por las afectadas por el Convenio de Limpieza de la Provincia de Toledo. Este colectivo laboral, formado en su mayoría por mujeres con contratos parciales, por su valentía y capacidad de organización, son un referente en la defensa de los derechos laborales en la provincia de Toledo. Por esa razón, y por el apoyo que siempre han brindado al resto de las plantillas de los diferentes sectores, merecen la solidaridad del conjunto de la población trabajadora a sus justas reivindicaciones en defensa de los derechos ya adquiridos. Derechos como el del complemento de antigüedad o el de enfermedad, que sus patrones pretenden recortar o directamente eliminar, o las mejoras de sus salarios, que, en los últimos tiempos, han perdido poder adquisitivo como consecuencia del crecimiento de los precios, mientras que, gracias a sus esfuerzos, se han multiplicado los beneficios empresariales.
Así pues, sólo me queda desear a estas mujeres, que hoy están ejerciendo su derecho a la huelga, ánimo y fuerza en su justa lucha, además de expresarles mi convencimiento por su segura victoria gracias al ejemplo de unidad que siempre han dado y que, una vez más, servirá para trazar el camino a muchos colectivos laborales que hoy sufren el boicoteo de la negociación colectiva, a causa de tanta avaricia empresarial. En este contexto en el que nos movemos, a nadie le debería quedar ya la más mínima duda de que limpiar la injusticia social también es sacarle brillo a la democracia.